El gobierno saliente de Lalín certificó semanas antes de las elecciones que la nueva corporación podría trabajar con una administración local sin deuda, tras liquidarse unas amortizaciones de manera voluntaria antes de tiempo.

Justo dos meses antes de la cita electoral los ayuntamientos facilitaban a FARO sus balances de deuda viva, que entonces en Lalín era de, exactamente, 471.706 euros. Silleda eran 1.669.101 euros, si bien dentro de esta cuantía ya no se incluía uno de los préstamos del plan de ajuste. A finales de año quedaban cuatro (dos de los años 90) y otros dos derivados del citado plan de ajuste por el plan de pago a proveedores. Vila de Cruces -sin deuda a finales de 2018- tenía entonces contraídas obligaciones por valor de 246.369 euros; un préstamo tramitado para la ejecución de su centro sociocultural polivalente. Rodeiro sigue, un año más, sin deber dinero a la banca y en Agolada baja respecto a hace cuatro meses, pues a finales del pasado mes de abril adeudaba 607.188 euros, que prevén liquidarse, según el plan de amortización, en el año 2022. Desde la administración municipal rodeirense se aseguró que no había números rojos en sus cuentas, algo que también corroboró Jorge Cubela desde Cerdedo-Cotobade. Dozón había sido entonces el único ayuntamiento que no especificó si tenía abierto algún tipo de préstamo. o no.