El Concello de Lalín pondrá en marcha un plan para atacar una plaga que amenaza la producción de castañas. En colaboración con la Consellería de Medio Rural, impulsará medidas para acabar con la conocida como avispilla del castaño ( Driocosmus kuriphilus) en el término municipal. La responsable del departamento municipal de Medio Ambiente, Celia Alonso, indicó que tras las gestiones realizadas con la Xunta, "conseguimos abordar medidas con las que intentar ponerle freno a la expansión de este insecto por los soutos de Lalín".

La edil aprovechó este anuncio para realizar un llamamiento a los vecinos con fincas o ejemplares de castaño afectados por el insecto para que acudan a las oficinas municipales de Medio Ambiente para inscribirse y dejar así constancia de que autorizan a los técnicos de la Xunta a acceder a sus propiedades para iniciar la lucha biológica. La avispilla tiene un ciclo de vida anual y su forma de reproducción es por partenogénesis, siendo hembras todos los individuos. Deposita sus huevos dentro de las yemas de los castaños de las que un mes después nacen las larvas, pasando allí el invierno. Ya una vez que brota el castaño, al año siguiente, el crecimiento de las larvas hace que se formen las denominadas bugallas ( hinchazón del tejido) y transcurridos unos 40 días emergen los adultos.

El control para erradicar esta especie invasora se basa en la lucha biológica por medio de la suelta del enemigo parásito natural específico de la avispilla de los castaños, en este caso el Torymus sinensis. Este insecto, también procedente de Asia, ponen sus huevos en el interior de las bugallas de los castaños generados previamente por este insecto, de manera que sus larvas se alimentan de las larvas de Driocosmus kuriphilus y acaban así con su proliferación al impedir su desarrollo.

Las denominadas popularmente bugallas son el síntoma más característico y fácil de observar en los castaños afectados. Las hinchazones de los tejidos tienen un color característico verde o rojo. Se desarrollan en ramas nuevas, en los peciolos de las hojas o en el nervio central de las hojas. Después las bugallas secan y pueden permanecer unidas al árbol hasta dos años.

Celia Alonso mostró su preocupación por la proliferación de esta plaga que puede llegar a reducir "drásticamente la producción de castaña, un recurso que en Deza es muy aprovechado en las zonas rurales". Por este motivo, la concejala explica que "a pesar de que la lucha contra las plagas no es una competencia municipal, sino de la Xunta, vamos a seguir haciendo todo lo que esté en nuestras manos para erradicar este mal que ya afecta a la totalidad del municipio". Al mismo tiempo señala que además del tratamiento a ejemplares particulares, una de las cuestiones que se le solicitó a la administración autonómica es la actuación concreta en la Fraga de Catasós por su enorme valor natural. También lamentó la falta de recursos por parte de los ayuntamientos para luchar contra este tipo de situaciones y afirmó que la población está "absolutamente desinformada sobre esta cuestión", motivo por lo que ve necesario poner en marcha medidas en este sentido.

Composteros

En otro orden de cosas, el Concello recuerda que todavía quedan disponibles composteros individuales que pueden ser solicitados por los vecinos en las dependencias municipales. Este programa fue impulsado recientemente por la administración local, en colaboración con la Diputación provincial.