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El proceso comenzó en 2013 y remató en diciembre

La regularización catastral permitió legalizar más de 19.800 inmuebles en las comarcas

Afecta, en su mayoría, a nuevas construcciones -Siete de cada diez edificios regulados son de carácter urbano

Vista del casco urbano de Rodeiro, con el paseo fluvial en primer plano. // Bernabé/Javier Lalín

Ayer terminó el plazo de solicitud de bonificación para las explotaciones ganaderas afectadas por la regularización catastral, un proceso que arrancó en todo el Estado salvo en el País Vasco y Navarra en 2013, y que fue aplicándose de forma escalonada en los municipios, hasta rematar el pasado mes de diciembre.

Conocido también como "catastrazo", este proceso intenta legalizar edificios en construcción o ampliaciones de los mismos para que el dueño declare de forma correcta su situación y coincida así con la descripción que obra en Catastro. En la práctica, obligó a que construcciones auxiliares de las explotaciones ganaderas, como galpones o invernaderos, tuviesen que legalizarse, y de ahí que en buena parte de los concellos de Deza y Tabeirós se activasen ordenanzas para bonificar hasta el 95% de ese nuevo recibo a las granjas.

En la zona, el proceso arrancó en 2014 en Vila de Cruces y Cerdedo (en Cotobade comenzaría en 2016), para continuar en 2015 en Agolada y, ya a partir de 2016, extenderse al resto de municipios. En total, la revisión permitió regularizar 19.825 inmuebles, de los que casi el 70%, es decir, 13.603, son de carácter urbano, mientras que los 6.222 restantes están catalogados como rústicos.

En Deza, quedaron legalizados 13.472 inmuebles, de los que 9.084 son urbanos y menos de la mitad, 4.388, son rústicos. Si vemos los datos por municipios, queda claro que el listado no sigue el mismo criterio que el volumen de población. Es cierto que Lalín y Silleda tienen el mayor volumen de bienes legalizados, con 4.201 y 3.092, respectivamente. Cruces, que es el tercer concello más poblado, es el que menos estafó, por así decir, a Catastro, ya que la revisión demostró que había que regular sólo 316. La cifra es mucho más amplia en Rodeiro, con 2.770 inmuebles regulados, mientras que en Agolada se detectaron 1.885 sin legalizar y en Dozón, 1.208. En cada uno de los seis municipios también predominan los bienes urbanos sobre los rústicos.

En cuanto a Tabeirós-Terra de Montes, en total quedaron actualizados 6.353 inmuebles. E igual que en Deza, la revisión afectó más a construcciones y a ampliaciones que a explotaciones ganaderas, con 4.519 inmuebles urbanos y 1.834 rústicos. La cabecera comarcal, A Estrada, tiene ahora incorporados a Catastro 4.543 nuevos inmuebles, mientras que en Forcarei se localizaron bastantes menos, 834. En cuanto a Cerdedo-Cotobade, la Dirección General de Catastro ofrece los datos por separado, ya que cuando arrancó el proceso los dos ayuntamientos aún no se habían fusionado. De este modo en Cerdedo quedaron regulados 183 inmuebles, todos ellos de carácter urbano, además, mientras que en el vecino Cotobade hubo que dar de alta otros 793.

Catastro ofrece porcentajes de las categorías a que pertenecen los inmuebles. En Cerdedo. Dozón, Agolada, Rodeiro, Silleda y Vila de Cruces más del 50% de sus bienes regulados son nuevas construcciones que no habían sido dadas de alta. En algunos casos, como Dozón, este porcentaje se dispara al 71%, e incluso en el vecino Rodeiro roza el 74%.

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