Ayer terminó la temporada de caza de jabalí, que duró un par de semanas más que otros años con la intención de reducir su población. Y los resultados vuelven a ser idénticos a los del año pasado: casi todas las sociedades cinegéticas agotaron los precintos que les concede Medio Ambiente, incluso después de una segunda ampliación. Fue el caso de los cazadores de Lalín, que arrancaron la temporada con 150 precintos, pidieron 30 más (a razón de 0'98 euros el precinto) y, en una tercera tanda, otros 15. La Xunta, en base a una estimación del censo, concede un número determinado de sellos, al margen de los que da, gratis, para las batidas por daños en zonas vedadas y de adiestramiento.

El presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín, Julio Mariño, señala que la densidad de jabalí es mayor en puntos como Vilatuxe y Catasós, así como en las zonas limítrofes con Dozón (donde ubica su vedado), Silleda y Forcarei. Legalmente, cuando el animal pasa a otro municipio, el cazador no puede dispararle. Por eso, Dozón y Rodeiro solicitaron alguna batida ya en conjunto para evitar este tipo de situaciones.

Estos dos municipios también hicieron buen uso de sus precintos, 60 en el caso de Camba y los 46 iniciales con los que arrancó Dozón, que pidió 15 más y ayer estaba pendiente de concretar los resultados del fin de semana. "Es la primera vez en la historia que Dozón tiene que pedir más precintos", explica el presidente de los cazadores, José Rodríguez. Coincide con Mariño y con el rodeirense Rubén Quintá en que cada vez se ven más piaras y en que los animales se adentran cada vez más a los núcleos. ¿Por qué? Porque esta especie cría en función de la comida. Si disponen de bastante alimento, las hembras engordan antes y alcanza los 40 kilos de peso, clave para que entren en celo. Así que si antes su primer parto solía ser en torno al año y medio de edad, ahora se adelanta a los siete meses. Rodríguez añade que, gracias al cambio climático, cuando antes lo normal era que el celo fuese entre diciembre y enero, ahora en estos meses las hembras ya están paridas.

"Hay demasiados días de caza y poco efectivos, porque el jabalí es un animal muy astuto y enseguida se refugia en las zonas vedadas", explica el presidente de los cazadores de Dozón, que aboga por colocar los vedados en mitad de los tecores (cada tecor ha de tener el 10% de su superficie en veda), para minimizar los daños en superficies agrícolas. Desde este año, su vedado está en Pena de Francia y el límite con Rodeiro, y además Dozón renunció a la zona de adiestramiento, para que el jabalí no pueda criar en ella.

Silleda también varía las zonas vedadas cada tres ó cuatro años. Actualmente, éstas se ubican en el margen derecho de la N-525. El presidente del colectivo trasdezano, Juan Agra, calcula que en toda la temporada se rebasó el centenar de animales cazados. Comenzaron la época con 85 precintos, y hubo que solicitar otros 25 a mayores.

Por su parte, el Tecor Farelo de Agolada disponía de 25 precintos al arranque de la temporada, y en Vila de Cruces se cubrieron los 70 precintos. Luis Taboada, el presidente de los cazadores de este municipio, calcula que la densidad de jabalí se mantiene al mismo nivel del año pasado. "Es una especie que se reproduce muy rápido y que en cada parto saca entre cuatro y seis crías". De momento, la ley impide disparar a los jabatos, así que al poder abatir solo ejemplares adultos, "lo único que consigues es que las crías queden desorientadas y no sepan buscar dónde comer, de ahí que vayan a lo fácil, cerca de los núcleos habitados", apunta el presidente de Dozón. En este concello hay una cuadrilla de jabalí, "y es el animal que menos se caza". En Cruces operan tres, y su problema no es el jabalí, sino el zorro. "Tenemos una plaga tremenda con el zorro, y encima muchos animales con sarna, por lo que tenemos que reducir su población" para evitar la propagación de la enfermedad, dice Taboada.

Información errónea del 112

La temporada termina, pero seguirán las batidas por daños en praderas. "Igual tenemos que hacer batidas este mismo mes. Estamos dispuestos", apunta el lalinense Julio Mariño, que alerta además de que desde el 112 a algún denunciante se le informa mal, diciéndole que es la propia sociedad de caza, y no la Xunta, la que autoriza las batidas. Rubén Quintá, desde Rodeiro, es partidario de que este animal se pueda cazar todo el año, y José Rodríguez critica que en cualquier momento de la temporada se le pueda disparar al zorro (aunque el cazador vaya a por otra especie), pero al jabalí no.