A la espera de que la Xunta avance en un protocolo de gestión del jabalí que arrastra desde hace años y, también, de que reciba a Unións Agrarias para que ésta la exponga su plan piloto para Deza y Tabeirós-Montes, desde la Sociedad de Caza de Dozón se muestra todo el apoyo a esta organización agraria para poder reducir la densidad del animal y posibilitar su convivencia con la agricultura y la ganadería.

Más allá del daño que causa en prados y maizales, el jabalí es una amenaza de transmisión de la peste africana para las cabañas de ganado porcino, principal fuente de ingresos de muchas familias de sobre todo Dozón y Silleda. El presidente de los cazadores de Dozón, José Rodríguez, tiene una explotación de cerdos y alerta de la tremenda pérdida económica que supone el vacío sanitario de una granja en el momento en que un animal dé positivo. "La peste porcina avanza dos kilómetros cada mes. Ahora mismo, el gobierno francés está tomando medidas con los cazadores para exterminar el jabalí y evitar contagios. Y además, está vallando los montes que lindan con Bélgica", un foco importante de esta enfermedad, para evitar que entren animales infectados, explica este cazador.

José Rodríguez lleva meses insistiendo en que la administración "tiene que tomarse en serio este problema" con un animal que, por otra parte, es uno de los principales depredadores de la caza menor y sobre el que el lobo apenas ejerce presión, al disponer de otras presas más fáciles como el ganado. El abandono de la actividad agraria facilita, también, el avance de lo que se conoce como monte viejo, un excelente hábitat para que críe esta especie.