Los ataques que desde hace meses sufre el edil de Obras, Klaus Brey, por parte del PP, motivaron que el pasado viernes pusiese su cargo a disposición del alcalde, Manuel Cuíña. El regidor no aceptó su renuncia "porque tengo claro que no hizo nada irregular" ni a la hora de tramitar las licencias de su granja de porcino, que cuenta con tres informes favorables, ni cuando montó en mayo del año pasado la sociedad Fomento de Inversión y Contratas junto al hijo del alcalde y Fernando Pena Caramés, que ahora es el único administrador de la entidad, para comprar una parcela de Xestur en el polígono ourensano de San Cibrao das Viñas.

Cuíña compareció esta mañana junto a sus seis ediles del gobierno para desmontar cada una de las manifestaciones del PP: el año en que más facturó Endenor ( la empresa que regenta Pena Caramés) para el Concello fue en 2017, unos 500.000 euros. En 2018 fueron 48.804, el 1,95% de las inversiones reales de Silleda en ese ejercicio. Cuíña se remontó al último mandato del PP para indicar que en 2007, Endenor facturó nada menos que 150.000 euros a pesar de que las inversiones reales en ese año fueron de tan solo 1.860.

El regidor aclaró al PP que si se renunció a una ayuda para el vivero de empresas también en 2017 fue porque los 20.849 euros que se le concedían a Silleda ni cubrían el 6% de la inversion, y lo habitual es aceptar ayudas que financien al menos la mitad.

Por último, Cuiña anunció que la próxima semana convocará un pleno extraordinario, por la tarde y en un espacio con suficiente aforo para los vecinos, para abordar el estado socioeconómico del Concello. De paso, recordó al PP que este partido, en lo que va de mandato, nunca elevó al pleno ninguna propuesta en favor de los vecinos.