La explicación de la falta de relevo generacional está en que en los últimas décadas se opta por tener menos hijos y tenerlos más tarde. El IGE desvela que la edad media de la madre al nacimiento del primer hijo es de 31,5 años en Deza y 31,3 en Tabeirós-Montes. Como es obvio, estas cifras se incrementan en algunos municipios: en Silleda, la edad media de la madre cuando llega el primer hijo es de 33,3 años, cuando hace diez ejercicios se colocaba en los 31,1. En Cruces es aún más alta, y alcanza los 33,4. Para darnos una idea de hasta qué punto se está invirtiendo la pirámide de la población no solo en la zona, sino a nivel gallego, basta con comprobar que la edad media de la madre al primer alumbramiento en Galicia es de 31,4 años.

En estos diez años aumentan, también, el número nacimientos de madres que no están casadas. En porcentajes, en Deza se ha pasado del 10,9% de 2004 al 38,5% en 2014 (el dato más reciente). Entre A Estrada, Cerdedo y Forcarei este porcentaje también se ha triplicado, pasando del 10,9 al 36,7%. Por último, las dos comarcas muestran unas cifras similares en cuanto a la tasa bruta de natalidad (el número de nacimientos por cada 1.000 habitantes). Deza repite la cifra de hace una década y se queda en los 5,6 nacimientos por cada 1.000 vecinos, mientras que Tabeirós-Montes pasa de los 6,6 alumbramientos de 2004 a 5,8 durante 2014.