El mandatario asumió todo el protagonismo en el pleno ante la ausencia del portavoz del ejecutivo, Román Rodríguez, y aceptó la petición de comparecencia del PSOE sobre la adjudicación de obras a la investigada empresa Ecxamel. Además de defender la legalidad de los contratos y que la firma podía presentarse a los concursos, subrayó que las adjudicaciones representaron 230.000 euros en una etapa en la que el Concello licitó más de 8 millones de euros en obras, de los que 6 correspondían a los dos planes estatales.

"Los contratos son transparentes y no representan ni el dos por ciento de las inversiones que hubo entre 2009 y 2010 en Lalín". Pero los socialistas insistieron en vincular los acuerdos con Excamel a la relación del alcalde con el exalcalde de Melide Miguel Pampín, padre del dueño de la sociedad. "Si me preguntan si conozco a Pampín, pues claro, como a muchos alcaldes de Galicia". Declaró que la elección de las empresas participantes en los procedimientos negociados se determinaba en la concejalía de Obras y que Excamel si estaba amparada para realizar este tipo de obra -de limpieza en recintos deportivos- al contar con un certificado de la Xunta.

Crespo aprovechó para lanzar un golpe bajo a Cristóbal Fernández, al que recordó que era el único "imputado, aunque no condenado" que había en la corporación -por un caso de revelación de datos de una menor- en la etapa del socialista en Educación, en la que solo se abrieron diligencias, luego archivadas.