Centenares de feligreses de Silleda abarrotaron ayer la iglesia de Santa Eulalia para sumarse al homenaje al sacerdote Julio Insua Villamayor. El que fuera párroco de la villa durante los últimos treinta años ofició una misa, arropado por muchos compañeros, y luego fue agasajado con presentes y un banquete en el Hotel Torre do Deza (Lalín).

Tras la liturgia, cantada por la Coral Polifónica Trasdeza, Don Julio -como es conocido popularmente en Trasdeza- recibió una placa de plata con la Virgen de los Dolores incrustada y un reloj por cortesía de los feligreses y de la Cofradía de los Dolores, que lo nombró cofrade de honor. Su fundadora, Mariló Bueno, glosó la figura del sacerdote y repasó la historia de la cofradía que él mismo ayudó a crear.

Entre los asistentes estuvieron la alcaldesa, Paula Fernández Pena, y sus predecesores José Fernández Viéitez y Juan Salgueiro. Gran parte de los feligreses que participaron en los actos eclesiásticos se unieron al ágape ofrecido en honor al cura, que seguirá ayudando al nuevo párroco y se mantendrá al frente de Negreiros.