Julia Buján Varela, nacida en Agolada, lleva afincada en Madrid desde que se mudó con sus padres en los años 70. Allí finalizó sus estudios de Biología y Medicina. Su afán de superación la llevó a conseguir una importante posición dentro del panorama científico español. Cada año regresa a Galicia, a Vigo, pero también a su villa natal, por unos días, para reunirse con sus familiares y alejarse del ajetreo continuo de la vida en la capital de España.

-Lleva más de 30 años dedicándose a la docencia y a la investigación. ¿Cómo fueron sus inicios en este mundo?

-Empecé estudiando Ciencias Biológicas en Santiago, tras ser vetada por ser mujer, en la Marina Mercante en A Coruña, Mi intención era especializarme en Oceanografía, pero en esta universidad tampoco podía por lo que me decidí por Zoología. Luego me mudé a Madrid, y allí de nuevo fui rechazada en el Instituto Oceanográfico, por el mismo motivo, y acabé Biología, pero también decidí comenzar Medicina. En la Universidad Complutense comencé mi labor como docente, poco a poco, con la tesis doctoral hasta que conseguí mi plaza, con pequeños proyectos, dotados con presupuestos de 600.000 o un millón de pesetas.

-¿Porqué se decidió por la docencia y la investigación?

-Supongo que la tradición familiar, dado que mi madre ejercía como docente, me influenció, ya que la he visto trabajar con los alumnos desde que era pequeña. Es un mundo apasionante, porque supone un reto acompañado de menos presión de lo que significa trabajar en una clínica.

-Actualmente es catedrática de Histología en la Universidad de Alcalá de Henares. ¿Compagina esta actividad con otros proyectos?

-Trabajo con un equipo de cirujanos en resolver problemas clínicos relacionados con la implantación de biomateriales. Fuimos pioneros en los años 80 y 90 en estos tratamientos y ahora continuamos investigando sobre sus efectos en el organismo. Así, puedo dedicarme a la biología desde el interior de la medicina.

-¿Queda mucho camino por recorrer en este campo?

-Nuestro equipo fue pionero, y ahora continuamos trabajando en retrasar o mitigar el envejecimiento de los tejidos y descubrir todavía las diferencias de cada organismo en lo referido a los tratamientos y los transplantes o las prótesis de biomaterial. Ahora que hemos conseguido la igualdad ante la ley entre hombre y mujeres, la naturaleza nos demuestra de nuevo que somos diferentes, que nuestros organismos son distintos y reaccionan en torno a variables del sexo, aunque también la edad...

-¿Es viable actualmente la investigación en España o es preciso marcharse fuera?

-En España y en Galicia hay centros con un buen nivel, por eso lo interesante es salir, no marcharse. Los equipos individuales han desaparecido, es necesario establecer vínculos en los que todos acabemos sacando beneficios. El tópico de que América es la cuna de la investigación se sustituye poco a poco, porque esa América cuenta con científicos de todo el mundo.

-¿Vuelve todos los años a Lalín en sus vacaciones?

-La verdad es que todavía mantengo un vínculo muy fuerte con esta tierra. Mis padres fueron de aquí, mi madre estuvo durante tres años de maestra en Agolada, mis primeros años de vida los he pasado en esa zona, hasta que luego se trasladaron a Vigo, donde ahora reside todavía mi madre. Tengo todavía mucha familia en Lalín, que visito siempre que puedo. Además, yo siempre digo, que una vez que sales de Galicia, ves todo mucho más cerca. No hay tanta distancia entre Vigo y Lalín, como la que se aprecia estando aquí.

-¿Cuando comenzó y porqué su relación con la asociación de Médicos Gallegos (Asomega)?

-He sido desde la creación de la asociación “la niña de Asomega”, de la que ahora mismo soy secretaria general, y soy casi una de las veteranas. Seguimos con esa orientación inicial que me hizo formar parte de ella, pretendíamos fomentar el intercambio y los vínculos con Galicia, porque en un primer momento estaba constituida por los médicos gallegos afincados en Madrid. Pretendíamos aproximarnos y reunirnos cuando echábamos de menos Galicia. Teníamos la intención además de revertir el esfuerzo realizado por el pueblo latinoamericano al acoger a tantos emigrantes gallegos, para lo que se crearon varias becas.

-¿Alguna vez se ha planteado regresar a Galicia?

-Más de una vez, y actualmente todavía esa idea ronda por mi cabeza. Mi marido se ha prejubilado y ha comenzado una nueva etapa en Ourense, por lo que esa idea está cada vez más presente. Si bien es cierto, que para mí, todavía resulta bastante complicado regresar.