Ana Cela / A ESTRADA

La política es en muchas ocasiones como un juego. Los estrategas están especialmente valorados y es bueno ingeniárselas para desvelar las cartas del contrincante guardando con celo las de uno mismo. Cuando ya se avecina la fase decisiva del entretenimiento electoral, A Estrada parece jugar estos días al escondite inglés, un divertimiento infantil que obliga al participante a quedarse inmóvil -"un, dos tres, escondite inglés, sin mover las manos ni los pies", reza la canción- ante la atenta y juzgadora mirada del que apanda.

De cara a la galería, el hieratismo y el mutismo se adueñaron ayer de quienes podrían tener algo que ganar o perder en la cita electoral del 27 de mayo. La posibilidad de que una quinta candidatura-cuyo liderazgo, como publicó FARO, llegó a proponer una escisión del Partido Popular al edil José Manuel Reboredo- dejó literalmente helado a más de uno, dando a otros la oportunidad de atar los cabos sueltos de movimientos que se vienen gestando desde hace tiempo.

En el PP el que más y el que menos hacía ayer mutis por el foro. Sólo el alcalde, Ramón Campos, adelantó que hoy mismo se posicionará sobre los comentarios de algunos populares que condenan que el actual regidor haya podido jugar más de la cuenta a la hora de confeccionar la candidatura que encabeza Miguel de la Calle, sin resignarse a dejar fuera del tablero sus propias fichas.

No obstante, aunque ni manos ni pies se muevan a la voz de "tres" y quienes participen en el juego electoral se queden inmóviles cuando sobre ellos se cierne una desafiante mirada, mientras el ojo no ve continúan con intensidad los movimientos.

El tablero que tiene como meta la Alcaldía es tan atractivo como inestable. En A Estrada se creía hasta hace poco que sólo existían fichas de tres colores. El Partido Galeguista parece estar más que decidido a sumarse al juego y es muy posible que sea un parchís de cinco, o de seis.