El entrenador del Pontevedra habló sin tapujos de la salida de Alfredo Mejía del conjunto granate y también de la posibilidad de que Rivera abandone el equipo en busca de más minutos. El delantero estaría negociando con el Arosa y podría irse en calidad de cedido, aunque solo ha trascendido una reunión que mantuvo esta semana con el club de Vilagarcía.

Sobre esta cuesión, Carlos Pouso comentó que Rivera "a mí, personalmente, no me ha dicho nada, creo que ha hablado con Roberto Feáns", pero señaló con honestidad que "si no quiere estar, Carlos Pouso no va a ser el que diga que se queda por narices. De facto está, pero si ya tiene la cabeza en salir, no tiene sentido que le quiera convencer. Y conmigo ha jugado, pero entiendo que quiera jugar siempre, todos lo quieren hacer. Es un chaval joven, tiene sus impulsos y hay que asumirlo".

En la misma línea se expresó el técnico vasco sobre la salida de Alfredo Mejía. "Cómo le voy a decir que no a un tío casado, que es hondureño, que está a 8.000 kilómetros de su casa, que le dan tres veces más de dinero en una oferta de Grecia, que su hijo es griego, que ha estado cuatro años allí y estaba más adaptado allí que aquí? A mí que me traigan otro y él que se arregle con el club. Es de sentido común, si a alguien le molesta esta decisión, le pido disculpas, pero es una cuestión de humanidad. Podía decirle que esperase a que fiche y saliese después, pero su decisión tenía que ser inmediata porque allí lo esperaban".

Pouso confirmó que el acuerdo para la salida de Mejía ha sido "ventajoso" para ambas partes y explicó su filosofía con este tipo de situaciones: "Le obligas a estar, porque de forma contractual lo puedes hacer, pero no es mi estilo. Si le cierras la puerta, a los dos meses igual no tienes ni jugador, ni posibilidad de recambiarlo, ni el dinero que habrías sacado en esa operación".

Además, el técnico alabó al hondureño. "Conmigo ha jugado bastante, no tenía queja en ese aspecto. Es un gran profesional. Me han dicho que vino fuera de forma, pero conmigo ha estado bien desde el primer día, excepto durante la lesión, y su comportamiento ha sido intachable", explicó el entrenador del Pontevedra, que añadió en este sentido que "imprescindible no hay nadie. Si un día estoy expulsado, el equipo tiene que jugar de memoria y, con una boina en el banquillo, rendir igual".