Una vez más, un inicio horrible condenó al Pontevedra a la derrota, la tercera consecutiva en las últimas semanas y también la tercera consecutiva en Pasarón, que ya no es el fortín que era el año pasado y donde la afición expresó su malestar con la situación del equipo al final del partido, con silbidos y pañuelos blancos pidiendo cambios en el banquillo. La mala dinámica del cuadro granate, que tras esta nueva derrota se ha situado a solo un punto de la zona de descenso, podría precipitar la salida de Luismi, cuyo futuro ya estaba cuestionado y ayer comenzó a tratarse oficialmente en una reunión del consejo de administración. Azares del destino, el que podría ser su último partido como entrenador del Pontevedra lo tuvo que ver desde la grada, por la sanción que le impusieron tras su expulsión contra el Real Madrid Castilla.

Ayer el Pontevedra tuvo que hacer frente al peor de los escenarios posibles: encajar gol cuando todavía no se había cumplido ni siquiera el primer minuto de encuentro y contra el colista. Después llegaron dos tantos visitantes más cuando aún no se había consumido ni la primera media hora. Los murmullos de Pasarón, con algún que otro tímido silbido, fueron una constante durante una primera parte en la que los granates fallaron, sobre todo, en defensa, esa faceta que implica no solo a la línea de cuatro futbolistas que se sitúan justo por delante del portero, sino que depende del trabajo de los once que están sobre el verde.

Sacó el Getafe B de centro, se aproximó al área local, recibió Lobato en la izquierda y, sin oposición, probó suerte desde lejos. El resultado fue un golazo -que el exgranate no quiso celebrar- de tiro cruzado que entró por la escuadra.

Todos los planes del Pontevedra se venían abajo, una vez más, al poco de iniciarse el partido. Los hombres de Luismi intentaban reaccionar, pero les costaba encontrar espacios, todo lo contrario que el Getafe B, que acarició el 0-2 en una llegada por la derecha; Ángel progresó y, de nuevo sin oposición, asistió raso a Hugo Duro, que remató solo en el área pequeña, pero se encontró con el pie de un Edu Sousa muy atento. La primera ocasión de los locales llegó superado el cuarto de hora, en una apertura en profundidad de Álex Fernández a Nacho, que progresó por la derecha y pasó raso a Romay, que controló y remató mal.

Tras un intento de Borja desde lejos, llegaría el segundo tanto del filial madrileño. Hugo Díaz cabeceó en el primer palo un centro desde la banda derecha. Solo cinco minutos después el otro Hugo, Duro, haría el tercero tras recibir en el pico del área y, ante la falta de presión de la defensa granate, acomodarse para sacar un disparo ajustado al palo.

El Pontevedra seguía muy impreciso con el balón y las aproximaciones con peligro al área contraria eran, sobre todo, a base de casta. Así llegó su primer gol. Romay abrió a la banda derecha, donde Nacho se lanzó para llegar a la pelota y asistir, en el aire, a Adighibe, que la empujó en el segundo palo. No dio tranquilidad ese tanto, pues el Getafe B todavía no había renunciado a atacar. Por ejemplo, Ángel probaría suerte con una falta directa que salió ligeramente alta.

Al filo del descanso, tras un córner en el que los granates no consiguieron rematar, Nacho López recogió un balón suelto en el pico del área grande y lo empaló con su pierna izquierda, ajustando el balón al palo para hacer el 2-3.

Qué mal le sentó el descanso a los de Luismi, que perdieron la intensidad con la que habían acabado la primera parte y no fueron capaces de hacer daño a su rival, un Getafe B que se preocupó de mantener sus líneas juntas y aguantar las acometidas del Pontevedra para tratar de salir a la contra y sentenciar.

Nada más comenzar el segundo acto, Romay cabeceó alto un centro de Álvaro Bustos desde la derecha. Es significativo que las mejores ocasiones granates llegaban desde los córners lanzados por Álex Fernandez. A falta de menos de media hora para el final, primero Adighibe remató de cabeza ligeramente alto y después, en un centro embarullado que se envenenó, el balón acabó saliendo de nuevo a córner rozando el palo.

El Pontevedra buscaba las bandas y desde allí llegó primero, a un cuarto de hora para el final, un centro de Nacho que Adighibe remató de chilena fuera, y después, a nueve del final, la ocasión más clara de los granates, con un remate algo escorado de Álvaro Bustos que tocó en el poste por dentro y salió rebotado. Ya en el descuento, Javi Pazos cabeceó en el primer palo un centro de Nacho a las manos del portero.