Diego Rivas: “Me quedaré con este recuerdo para toda la vida”

El preparador de porteros del Arenteiro tuvo que asumir la meta en el duelo en Riazor

Marquitos celebró emocionado con Diego Rivas un gran partido y una mejor remontada. |   // CARLOS PARDELLAS-LCO

Marquitos celebró emocionado con Diego Rivas un gran partido y una mejor remontada. | // CARLOS PARDELLAS-LCO / l.G.

l.G.

El Club Deportivo Arenteiro se propuso a principio de curso hacer historia y no cesa en su cometido.

Los verdes no solo han logrado una gran temporada en cuanto a lo deportivo, consiguiendo la permanencia matemática en Primera Federación antes del término de la competición en la que se encuentra peleando por permanecer en los puestos que dan derecho a la disputa de la Copa del Rey, sino también han hecho historia en la resolución de problemas deportivos.

El club se quedó sin portero para el derbi autonómico frente al líder de la categoría, el Real Club Deportivo de A Coruña, y tiró de recursos propios poniendo bajo palos al entrenador de porteros; Diego Rivas, quien días después de competir en Riazor ante más de 28.000 personas valora lo sucedido.

Rivas protegiendo los palos de los verdes. |   // CARLOS PARDELLAS-LCO

Rivas protegiendo los palos de los verdes. | // CARLOS PARDELLAS-LCO / l.G.

“No hubo un momento específico en que me pidiesen ponerme bajo palos, fue una situación paulatina viendo poco a poco las opciones después de intentar contactar con varios porteros y que no hubiese la posibilidad de firmar. Fue diez días antes del partido frente al Dépor, el viernes anterior, cuando el director deportivo, Álex Vázquez, me comunicó que estaban valorando la posibilidad de darme de alta y que parecía que la Federación lo iba a autorizar, así que me dijo que lo pensase y que analizase como lo veía. Ese fue el primer contacto de una posibilidad real de volver a la portería”, explica el que fuera guardameta en el Racing de Ferrol hasta hace poco más de un año.

No faltaron jugadas embarulladas en Riazor. |   // CARLOS PARDELLAS-LCO

No faltaron jugadas embarulladas en Riazor. | // CARLOS PARDELLAS-LCO / l.G.

Pese a su pasado en grandes divisiones, Rivas había colgado los guantes y reconoce que su primera idea no fue asumir la meta de los verdes: “pedí por favor que hiciesen un esfuerzo para conseguir el portero, pero es verdad que no se encontraba nada y la situación era límite, así que, aunque en el primer momento no me hizo gracia, pensándolo sosegadamente me di cuenta de que el club necesitaba que diese el paso adelante y me decidí a tratar de ayudar”, confiesa.

A estas alturas ya nadie desconoce lo que pasó en el Club Deportivo Arenteiro, pero si alguien se perdió ese capítulo lo resume el propio Rivas; “fue una situación atípica tener dos porteros lesionados a la vez y otro con una cláusula por la que no podía jugar. La solución pasaba porque un jugador de campo se pusiese bajo palos en Riazor, con lo que eso implica, o que un chaval que no estaba en una recuperación completa tuviese que enfrentarse. No pude aceptar esa situación”, dice el de Narón.

Con todo, el escenario no fue un punto decisivo a la hora de volver al césped, “creo que la decisión hubiese sido la misma independientemente de cual fuese el rival, aunque sí que es verdad que yo sabía que por ser el Dépor iba a tener una repercusión especial, pero mi objetivo era tratar de disfrutarlo”, traslada el entrenador de los porteros carballiñeses, que si manifiesta que sobre el pesaba una idea más que sobre sus compañeros, “yo sabía que para mí era un partido especial porque era un partido de despedida, una despedida improvisada que no pudo haber terminado de mejor forma, remontando en Riazor”, ensalza.

En definitiva, la conclusión para Diego Rivas es que “fue una experiencia inolvidable en una historia atípica y realmente bonita, una historia de las que el fútbol brinda cada cierto tiempo y en la que haber sido yo el protagonista me hace sentir muy satisfecho”.

"Estoy encantado de haberlo vivido con estas personas”

Para esa satisfacción jugó un papel importante el apoyo del club que desde el minuto cero estuvo a su disposición, aunque visto el cometido que tenía por delante el guardameta... “Todavía aumentó ese apoyo y esa sintonía que tengo con el club y estoy muy agradecido por todo, por cómo me ayudaron en una situación que no era fácil para mí. Creo que por eso nos gusta tanto este deporte, porque tienes la suerte de descubrir personas muy importantes con las que compartes momentos inolvidables como este. Tiene que haber miles de condicionantes que se junten en el mismo momento para que pase lo que pasó y me pasó a mí y me pasó con el Arenteiro. La verdad es que estoy encantado de haberlo vivido con este grupo de personas, voy a quedarme con este recuerdo para toda la vida”, garantiza Diego Rivas.

El portero cree que en Riazor ha colgado, ahora sí que sí, los guantes, pero su ficha va a permanecer activa hasta el fin de la temporada mientras Manu Figueroa se enfrenta a la última fase de su recuperación para volver al grupo. Una situación que celebra Diego, “la ficha quedará en un tema anecdótico porque la idea es que los chavales sean los auténticos protagonistas de esto, porque son los que llevan trabajando mucho todo el año y los que se merecen disfrutarlo todo”.