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fútbol

Souto contra Souto en O Medo

Roberto, ariete del Barra de Miño; Martín, delantero centro del Vilariño, padre e hijo sobre el mismo campo

Martín y Roberto, hijo y padre, con las camisetas de Atlético Vilariño y Barra de Miño. // FDV

Souto contra Souto en el campo de O Medo de Vilariño. En las filas locales, líderes del grupo 8 de la Segunda Galicia, Martín Souto Álvarez, 19 años; en las visitantes, en el Barra de Miño, Roberto Souto Meiriño, padre de Martín, 41 y con cuerda para rato. Ganó el hijo, autor además del cuarto gol en la victoria del equipo dirigido por Alberto Álvarez, 6-1. Fue éste del pasado 8 de marzo el primer enfrentamiento entre los Souto, que ya habían jugado juntos, en el Barra de Miño, un par de temporadas atrás.

"Me siento afortunadísimo, no conozco ningún caso más como el nuestro. No todos pueden decir que han jugado con su padre en el mismo equipo y contra él dos años después", relata Martín, que ante las barbas de su progenitor marcó el vigesimoquinto gol en lo que va de liga, en la última jornada disputada antes que el Coronavirus suspendiese todas las competiciones deportivas.

Martín y Roberto ocupan en el campo la misma posición, la de delantero centro. Quiere esto decir que en el Barra de Miño peleaban por la titularidad. ¿Quién ganó? "Mi padre, sin duda", subraya Martín, que no olvida que "fue bonito pegarse por jugar". A la conclusión de la temporada pasada, más bien porque le convenció más el proyecto del Vilariño que por rendirse, decidió cambiar de aires. Se acabó la disputa pues.

Sólo en el balón parado

Volvemos al presente, poco se cruzaron padre e hijo en el campo de O Medo. "No mucho, si acaso en los saques de esquina y en las faltas laterales, entonces yo bajaba a defender y el entrenador me dijo, 'tú marcas a tu padre'. Ahí estuvimos, dándonos codazos y pinchándonos", recuerda Martín, que pudo cenar esa noche en el domicilio familiar pese a las advertencias del padre si no se portaba como es debido.

Martín tiene una hermana pequeña, que no tuvo dudas a la hora de decantarse. "Ella tiraba para mi padre", remarca; problemas cero quiso buscarse su madre, que arropó tanto al marido como al hijo. "La semana anterior al partido se la pasó mi padre vacilándome, pero con muy buen rollo. Mi entrenador también puso de su parte, 'igual no juegas', me decía". Jugó. Una foto juntos al término del partido con carantoña incluida "y muchas risas en casa" fue el colofón a una tarde inolvidable de fútbol.

El destino quiso que desde hace unos días no se separen en la familia Souto, la crisis sanitaria les obliga a permanecer juntos en casa. Ahí ya vivía Martín antes del estado de alarma, pero al menos jugaba al fútbol. Ahora no le queda otra que esperar.

Si nada se tuerce, que no tiene pinta de torcerse, el Atlético Vilariño regresará a final de curso a la Primera Galicia. Aventaja en siete puntos al segundo clasificado, el Cortegada. Con siete jornadas pendientes, Leiro, Salamonde y Coles completarían los equipos que disputarían el play off de ascenso.

Con el Vilariño en Primera no será posible un capítulo dos del enfrentamiento entre los Souto. "Yo lo que quiero es que se divierta y aprenda del fútbol, que deja muchas cosas buenas", remacha Roberto. Palabra de padre.

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