"He visto al equipo sufriendo, con miedo, lo ha pasado mal. Es una situación difícil, le decía a los chicos que no se lo merecen porque es un equipo honrado. No he sabido muy bien qué decirles, si acaso que debemos sacar más energía, dar una vuelta más. En cuanto el partido se pone mal, mentalmente jugamos con miedo. Los jugadores tienen la cabeza baja pero no por dejadez, si no por bloqueo, hemos llegado siempre un segundo tarde. La dinámica es negativa y eso afecta, no somos un equipo fuerte mentalmente, no hemos podido competir. Debemos encontrar una victoria para salir de este bloqueo", resumió Gonzalo García.
La permanencia y nada más. La visita del Cáceres confirmó que el COB no está para otra cosa que no sea asegurar cuanto antes y sin estrecheces la continuidad en la LEB Oro. El pequeño resquicio que suponía pensar en los play off por el ascenso pasaba por derrotar a los extremeños, algo que se sintió imposible en cuanto los de Blanco metieron una marcha más en el arranque del segundo cuarto con un parcial de 2-9. Veinticinco arriba llegaron a estar los visitantes, 36-61, que se dejaron ir con la victoria asegurada en un Paco Paz que reprobó con disgusto algunas actitudes pasivas de los jugadores.
Uriz, sin que desentonase Bernardo García cuando el primer base descansaba, jugó con los que le pusieron enfrente, a la vez que Del Águila y sobre todo Jorge Bilbao derrocharon sobre la cancha toda la agresividad que se echó de menos en el COB. Asimismo, Ventura enseñó el camino desde fuera y Rakocevic tomó el testigo para convertirse en un martillo pilón.
El 5-0 con el que arrancó el Ourense pareció presagiar que volvían las alegrías. Poco duró, en un visto y no visto era un 5-6. Pero ese primer parcial ya avisó de algunos errores repetitivos que no terminan de corregirse, Cáceres cogía los rebotes en aro ajeno cada vez que le venía en gana.
El referido parcial de 2-9 rompió el partido allá por el minuto 12. Las diferencias se dispararon, 29-38, 30-40 después que García robara una pelota puesta desde la banda y resolviese con la bandejita más sencilla del mundo.
Nada salía, que Cáceres fallaba un tiro libre, pues se repetía por haber entrado antes de tiempo en la zona; que Ott robaba una bola, pues se la daba tan larga a Sima que éste sólo podía darla para atrás para que no se perdiese por el fondo. ¿Dónde acababa? En un cacereño, claro. Con todo y pese a todo, el partido seguía abierto en el descanso, 34-46, aunque Balaban se marchaba con tres faltas.
Varios demarrajes nada más volver del vestuario resultaron definitivos. Parciales de 0-5, de 2-8, de 2-11, de 2-15... 36-57, 59... Falló Ventura el triple, palmeó más solo que la una Del Águila, 36-61. Una pequeña reacción redujo en siete puntos la 'desfeita', neutralizada desde el triple. Allá por los veinte abajo se movió el COB lo que quedaba de cuarto, con asistencias imposibles bajo el aro, manos blandas y bases desnortados.
Con diecisiete puntos de renta afrontó el Caceres el periodo definitivo, y con la baza de tener a Uriz para que hiciese lo que quisiese de cara al aro. Entre canastitas y tiros libres aprovechó Sima para ponerse las botas, pero el partido pedía el bocinazo final desde mucho tiempo atrás.
Barrió Oviedo a Coruña, en el debut de Lezcano, con lo que la permanencia queda a dos partidos.
