motociclismo - Mundial

“¿Y si hay resulta que soy lento?”

El mallorquín Joan Mir (Honda), bicampeón, ‘rey’ de MotoGP en 2020 (Suzuki), regresa tras dos meses lesionado

emilio pérez de rozas

El mallorquín Joan Mir, de 25 años, bicampeón del mundo de motociclismo tras haber conquistado dos coronas, la de Moto3 (2017) y la de MotoGP (2020), se ha presentado en Silverstone (Inglaterra), no solo para volver a competir tras dos meses de ausencia sino, sobre todo, para silenciar las voces que comentaron que le había cogido miedo a la moto o, al menos, a la Honda, ya que todos los pilotos de la firma alada han sufrido graves lesiones.

Mir, que ha necesitado dos meses para recuperarse de su lesión en la mano derecha, dañada en el GP de Italia, perdiéndose las carreras de Alemania y Países Bajos, previas al mes de vacaciones que concluye este fin de semana en Inglaterra, salió al paso de esos rumores y, aunque reconoció atravesar un periodo malo, donde confesó haber estado muy desmotivado, aseguró que “un piloto no le puede coger miedo a la moto, pues en el momento que le coges miedo a la moto, debes dejarlo. Yo llevo entrenándome muy duro, mucho, en un circuito como el de Llucmajor, con una potente Honda CBR 600. Si tienes miedo, no te metes”.

“Fundamentalmente lo que ha ocurrido”, señaló Mir en Silverstone, “aunque la gente enseguida empezase a lanzar todos los rumores que se le ocurrían, es una lesión que ha necesitado más tiempo del habitual para curarse, para volver a competir, no para entrenarme, pues, insisto, he estado entrenándome como una bestia en el circuito de Llucmajor. Y, claro, con el parón de verano y la situación que tenemos, se decidió poner las cosas en su sitio y regresar a competir cuando se pudiese y estuviésemos en condiciones”.

Alejandra López, esposa del piloto mallorquín, dio a luz, el pasado 23 de julio, a Joan, su primer hijo, lo que provocó “una alegría indescriptible, única, maravillosa”, según cuenta el piloto de Honda. Cuando le comentas a Mir si cree esa versión que asegura que cuando un piloto es padre, pierde un segundo por vuelta, Joan suelta la mayor carcajada de su vida y comenta, en efecto, haber oído eso muchísimas veces en el paddock.

“He de reconocer que, al día siguiente de ser padre, me acojoné al pensar eso que tantas veces me habían repetido”, cuenta Mir con una gran sonrisa en sus labios. “Es más, dos días después de ser padre, volví al circuito de Llucmajor, para seguir dando vueltas y más vueltas y confieso que, al subirme, de nuevo, a la Honda pensé ‘anda que si hoy ruedo dos décimas más lento, ¡me muero!’ Y no, no, ¡rodé tan rápido o más que los otros días! Esa es la verdad”.