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Natación

Un récord Guinness en Moaña

El brasileño José Ferreira, mejor marca en los 72 kilómetros, se prepara estos días en aguas de O Morrazo

El nadador brasileño José Ferreira, ayer con Moaña de fondo | // GONZALO NÚÑEZ

Vino hace un par de años para visitar a un amigo y disputar la Batalla de Rande –prueba de natación de 27 kilómetros entre las Cíes y San Simón– y acabó enganchándose de tal modo que ha vuelto este año y ya piensa en hacerlo en el siguiente. A sus 45 años, el nadador brasileño de larga distancia José Ferreira busca nuevos retos en lo que él llama “gélidas aguas” gallegas después de haber entrado en el Libro Guinness de los Récords por haber completado en 26 horas y 32 minutos los 72 kilómetros de distancia de la Travesía Leme-Pontal-Leme. Estos días se entrena en Moaña.

“Cuando nado me siento libre, realizado, y ese es el legado que dejo para mi hija”. Así explica José Ferreira la especial conexión que ha establecido con un deporte en el que compitió desde los 8 hasta los 20 años y que retomó cuando tenía 28. Un deporte que le ha llevado a explorar los límites de la resistencia física y mental, y que le ha permitido establecer un récord que ya piensa en batir. Mientras, pasa las vacaciones y se ejercita en Galicia, un lugar de entrenamientos ideal para una de sus próximas metas, competir sin la necesidad de neopreno en la próxima edición de la Batalla de Rande, en 2023 tras haber sido décimo en esta.

Y es que los retos no asustan a este brasileño que ejerce como coach deportivo y que dio un vuelco a su vida cuando tenía 28 años. “Pesaba 120 kilos y decidí volver a la natación cuando no conseguí llegar para atarme los tenis”, afirma entre risas. A partir de ahí el deporte ha sido una parte inseparable de su existencia. “Sueño con nadar, siempre digo que la natación me salvó en los peores momentos de mi vida”, recalca.

"Cuando nado me siento libre, realizado, y ese es el legado que dejo a mi hija", asegura

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Su trayectoria siempre había estado enfocada a las distancias cortas, hasta que se probó en una travesía de 3 kilómetros. De ahí a los 5, 7, 10, 20, 24 y 36 hasta acabar en la exigente ultramaratón de la Leme-Pontal-Leme. 72 kilómetros de distancia y la friolera de 26 horas y media en el agua. “Me vi potencial y seguí”, señala. Alcanzar ese récord le supuso invertir un año y medio entero de su vida, con entre seis y siete kilómetros de entrenamiento diario en piscina de lunes a viernes y cuatro o cinco horas en el mar los sábados.

Con todo, subraya que “lo que marca la diferencia es lo mental, la gestión adecuada de los pensamientos y emociones negativas”. ¿En qué se piensa durante 26 horas de esfuerzo competitivo? “Mi estrategia metal va enfocada a la técnica, al mindfulness, a reducir pensamientos negativos. Y luego veo la playa y rememoro algún recuerdo de mi infancia o pienso en mi hija”, dice. y no pierde la ocasión para echar mano del sentido del humor apuntando que “cuando la negatividad es más fuerte claro que pienso en una churrascada, en dormir, en comer [risas]”. La otra táctica a seguir es simple, “no pensar en una prueba de 72 kilómetros de golpe, sino en pruebas pequeñas de tres kilómetros para pasar a la siguiente y luego a otra”.

José Ferreira junto a su anfitrión, el moañés Jon Santaren, ayer en aguas de Meira. GONZALO NUÑEZ

De cara al futuro la obsesión del nadador brasileño es la de poder disputar su tercera Batalla de Rande el próximo año prescindiendo del neopreno. “Para nosotros es una dificultad grande el agua helada [en Río la temperatura se sitúa entre los 21 y los 28 grados] e intento adaptarme a ella. Por eso entreno en Moaña”, afirma, y apunta asimismo que “es una cuestión de aclimatación, pero también mental”. No es la única meta que persigue de cara a su horizonte deportivo, ya que también quiere rebajar su marca en la Travesía Leme-Pontal-Leme. Y, por si fuera poco, sueña con incrementar la distancia para nadar 100 kilómetros. Será a corto plazo, en 2023. Eso sí, reconoce tener prioridades. “Llegaré a Brasil [regresa el día 18] para pensar en nadar de nuevo en España, para volver a la Batalla de Rande”, sentencia.

Maratón de pruebas durante su estancia

Ferreira llegó a Moaña de la mano de Jon Santaren, nadador de larga distancia del Club Triatlón Morrazo, al que conoció de forma virtual. “Lo seguía por redes y al hacer yo la Batalla de Rande el año pasado empezamos a tener contacto y a animarnos de cara a a este año. Llegó unos días antes, empezamos a entrenar por aquí y surgió la amistad”, señala el deportista moañés, que exalta las buenas condiciones del municipio para la práctica de la natación al estar balizada la playa durante todo el año.

Juntos ya han ido a un puñado de pruebas desde que el brasileño llegó a Galicia el 12 de junio. La Travesía de A Rúa en Ribeira (4,5 kilómetros), la Travesía Costa Serena de Nigrán (4 kilómetros), la Travesía Ardora de Vigo (una milla) o la mencionada Batalla de Rande, donde Ferreira fue décimo. Hoy tocará la TNT de A Toxa, de 10 kilómetros.

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