El abogado cangués Alberto González es el nuevo presidente del Balonmán Cangas, que de momento seguirá dirigido por una junta gestora. Así lo acordó ayer por unanimidad la asamblea de socios extraordinaria celebrada en el salón de plenos del Concello después de que esta semana se hiciese oficial la resolución del Comité Nacional de Competición, que depende de la Real Federación Española de Balonmano (Rfbm), que inhabilita durante dos años al histórico dirigente del club Manuel Camiña, que dimitió de su cargo el pasado mes de noviembre. “El club necesita tener una cabeza visible que lo siga representando”, explicaba ayer ante los socios González, que hasta ahora era el vicepresidente y asesor legal de la entidad.

Desde la directiva aseguran que a pesar de este cambio no habrá cambios de calado en el club y se mantendrá una línea continuista. El nombre del presidente de la Rfbm, Francisco Blázquez, al que se responsabiliza directamente de la durísima sanción a Camiña, no se mencionó en ningún momento y todas las alusiones a él eran bajo la coletilla de “esa persona”. “Desde el club no renunciamos a ningún tipo de acción para echar abajo esta tropelía y atropello hacia nuestro presidente. Manuel Camiña tiene más honorabilidad en el mundo del balonmano que esta persona e inhabilitarlo es una aberración, tanto jurídica como humana”, sostuvo ante la asamblea Alberto González.

El Balonmán Cangas tiene previsto presentar un recurso ante el Comité Nacional de Apelación, aunque “no tenemos esperanzas” de que se acepte ya que es un órgano que sigue dependiendo de la propia federación. “Sí que tenemos más esperanzas en el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y ya consultamos con varios de sus expresidentes”, aseguraban ayer desde la directiva.

Alberto González puso en tela de juicio durante su intervención la proporcionalidad de la sanción a Camiña ya que el artículo del reglamento establece que puede oscilar entre un mes y dos años y el comité decidió aplicar directamente la opción más alta. “En otros supuestos mucho peores que este la inhabilitación fue de seis meses”, recordó. También se refirió a la multa y recordó que “la ley establece que a las personas que no son profesionales del deporte no se les pueden imponer sanciones económicas”. En este caso también se impuso la gradación más alta ya que la horquilla oscilaba entre un mínimo de 601 euros y un máximo de 3.005 euros.

La directiva canguesa insiste en que la decisión del Comité Nacional de Competición obedece a una “persecución” al club y a Camiña, que relacionan con la posición adoptada en el mes de marzo en el marco de las elecciones para presidir a Asobal. En aquel entonces el Cangas apoyó la reelección Adolfo Aragonés frente a la candidatura de Jaume Conejero, que contaba con el aval de la Rfbm. González recordó que “curiosamente” unos días después la federación falló en contra del Cangas en el recurso sobre el polémico gol fantasma del partido contra Guadalajara “cuando se nos había diche que se iba a resolver en el buen sentido” y que cuando se declaró el estado de alarma por la pandemia sanitaria Francisco Blázquez aseguró que “sí o sí habría descensos, solo porque el Cangas estaba en esa situación”.

Lo que ayer quedó claro es que aunque Manuel Camiña no pueda desempeñar ningún cargo orgánico dentro de la estructura del club seguirá colaborando con el Balonmán Cangas. “Para nosotros sigue siendo nuestro presidente”, zanjó la gestora ante la asamblea.

Petición para que Camiña sea socio de honor y Blázquez “persona non grata”

El orden del día de la asamblea incluía un segundo punto, que proponía nombrar a Manuel Camiña como socio de honor del Balonmán Cangas. No obstante, no se llegó a tratar a petición del propio expresidente. “Se puso en contacto con nosotros esta misma mañana y nos pidió que se retirase este punto; él quiere seguir siendo un socio más”, explicó Alberto González. Finalmente la asamblea aceptó por mayoría la petición de Manuel Camiña y el tema quedó aparcado. Tampoco se llegó a votar otra propuesta, aunque solo de momento. Algunos socios plantearon la posibilidad de nombrar al presidente de la Rfbm como “persona non grata” y que quedase patente el descontento con su gestión a través de una pancarta en el pabellón de O Gatañal.