El Frigoríficos del Morrazo cayó por 30-25 ante el Atlético Valladolid y vio truncada su racha de tres empates consecutivos en un encuentro en el que ofreció pinceladas interesantes tanto en defensa como en ataque pero en el que se vio muy penalizado por las pérdidas de balón y por la actuación bajo palos del meta local César Pérez. La escuadra que dirige Nacho Moyano arrancó el partido muy fallona atrás, lo que permitió a los vallisoletanos comenzar mandando (3-1) si bien enseguida la gran actuación de Dani Fernández catapultó a los suyos a la igualada (4-4). El choque transcurrió entonces con un intercambio de golpes, gracias a que el 5.1 cangués, con Rubén Ribeiro de avanzado, secó las ideas de los de David Pisonero, y el encuentro se manejó entonces en guarismos más acordes al Cangas que a uno de los equipos más goleadores de la Liga Sacyr Asobal.

Los errores en ataque impedían al Cangas ponerse por delante en el marcador y dos exclusiones consecutivas dieron aire al Valladolid para ponerse dos arriba (11-9), justo antes de que Muratovic y Ribeiro llevasen de nuevo al electrónico las enésimas tablas. La recta final del primer tiempo fue nefasta para los intereses del Frigoríficos, que encajó un 3-0 de parcial y se fue al descanso con un 15-12 adverso.

En la reanudación todo se acabó de torcer para el Cangas, que encajó un nuevo parcial de 2-0 y obligó a que Nacho Moyano solicitase tiempo muerto (17-12, minuto 35). A partir de ahí fue un querer y no poder. Los cangueses estaban más dinámicos en ataque, pero atrás tenían problemas para defender la creatividad de Diego Camino y el trabajo en seis metros de Ander Ugarte. La diferencia se apretaba a tres goles pero no más allá (20-17).

Quintas sufrió entonces una exclusión y Nico López otra, y el resultado fue un 24-19 que se estiró hasta el 26-19 (tiempo de Moyano, minuto 49). No hubo mucho más. El Frigoríficos intentó un milagro que no se produjo y acabó sucumbiendo por 30-25.