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Balonmano - Primera Nacional

Bueu Atlético y Luceros asumen que será "difícil" que se reanude la liga

Los equipos de O Morrazo afrontan de manera diferente el periodo de confinamiento

Las plantilas del Luceros y Bueu Atlético en el partido de la primera vuelta en O Gatañal. // Gonzalo Núñez

Los dos representantes de O Morrazo en la Primera Nacional afrontan de manera diferente el confinamiento al que obliga el decreto del estado de alarma. La plantilla del Bueu Atlético mantiene un mínimo de trabajo físico, aunque sea en sus domicilios, mientras que desde el Luceros han optado por no poner deberes a una plantilla muy joven, con una media de edad de 21 años, que no debería tener problemas para ponerse a punto en pocos días. En lo que sí coinciden ambos equipos es en reconocer que difícilmente se podrá volver a jugar esta temporada.

"Yo creo que es complicado que se pueda volver a jugar o que se acabe la liga, pero estamos realizando un plan específico con los jugadores por si se vuelve", explica desde su domicilio el entrenador de los bueueses, Moncho Curra. Por su parte, Mingos da Cunha sostiene que "no tendría sentido" retomar la competición cuando hay universidades que ya han suspendido las clases de este curso. "No sería entendible que los chavales no vayan a clase a estudiar y sí a los pabellones a entrenar y jugar", argumenta el entrenador del Luceros. Esta es una de las razones por las que ha decidido liberar a sus jugadores de una preparación específica durante este confinamiento. "El entorno de un piso no es el mejor lugar para ese trabajo y además pesa mucho la incertidumbre si vas a volver a jugar esta temporada o no, una incertidumbre que en este caso es muy alta", subraya.

El cuerpo técnico del Bueu Atlético ha preferido que pese a todo la plantilla mantenga una rutina de preparación física, aunque sea con una exigencia e intensidad menor. "Es una rutina de ejercicios para realizar de lunes a viernes durante una hora; alterna cardio y fuerza para ayudar a mantener el tono físico y que se mantengan. Eso serviría para evitar posibles lesiones si se llega a retomar la competición", cuenta Curra. Durante el fin de semana los jugadores pueden completar esa carga con trote suave si disponen de una cinta de correr en casa o incluso con trabajo en un remoergómetro o en bici estática. Antes de la cuarentena los jugadores tuvieron que pasarle al técnico su peso en aquel momento y cuando acabe el confinamiento se volverá a controlar.

Moncho Curra explica que el cuerpo técnico del club está intentando prepararse para los posibles escenarios que puedan darse tras el fin de la cuarentena. "Hablamos entre nosotros para analizar si tenemos que jugar a puerta cerrada o si es posible retransmitir los partidos vía streaming", expone. Otra de las incógnitas es lo que ocurrirá con el campus de verano que organiza el club durante el mes de julio. De momento desde el Bueu Atlético están empezando a planificarlo, confiando en que se pueda celebrar.

Mingos da Cunha puede desarrollar su actividad profesional a través de teletrabajo y aprovecha el tiempo libre que le dejan la ausencia de entrenamientos y los desplazamientos a Cangas para continuar formándose a través de herramientas y cursos online. "Me gustaría tener una mayor interacción con los jugadores, pero al final casi no me llega el tiempo para todo lo que hago. No puedo decir que me aburra", cuenta con buen humor.

El parón en la competición ha cogido a los dos equipos en una situación similar: el Bueu Atlético es sexto con 25 puntos y el Luceros séptimo con 24. "Creo que va ser difícil volver a jugar. Lo más importante es que todos estemos bien. Si al final no se puede acabar la liga tampoco pasa nada y el año que viene intentaremos mejorar. Para nosotros no supondría un gran problema, aunque quizás sí que lo sea para los equipos que estaban luchando por el ascenso", reconoce. La opinión de Mingos da Cunha es muy similar. En el caso del Luceros el principal objetivo es dar minutos a los jugadores que alternan con el equipo de Asobal y formar a los que puedan llegar a jugar con el Frigoríficos. El técnico no es partidario de volver a jugar a puerta cerrada, con los pabellones vacíos. En primer lugar porque eso no impide el riesgo de contagio para los jugadores y técnicos en los desplazamientos. Y luego porque "no jugamos para nosotros; de igual modo que nadie se imagina una obra de teatro sin público o la proyección de una película en el cine sin espectadores nosotros también actuamos para alguien", sentencia.

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