"Yo no pierdo. O gano o aprendo. Esta es mi filosofía", asegura un Ángel Fernández que aunque disfruta de un momento espectacular en lo profesional asume que "llegará un momento en que las cosas vayan peor. La vida nunca es fácil". Lo dice una persona que llegó a Inglaterra "apenas hablando inglés y con un pequeño diccionario de bolsillo conmigo" y que ahora afirma estar cumpliendo sus sueños.

Pero la prueba más dura le llegó al joven cangués hace no muchos años, cuando había dejado el boxeo y se quedó en paro. "No tenía pasión por nada. Vi a varios médicos y tuve la suerte de que una me ayudó", recuerda. "Realmente toqué fondo, pero me dije que iba a salir", reconoce. Su pareja lo animó a sacar el título de entrenador personal y el boxeo volvió a aparecer en su vida para darle sentido.