Desde que hace un par de años aterrizase en el mundo del boxeo profesional británico, el nombre de este técnico cangués es uno de los que más suena en rings y campamentos preparatorios. Sus revolucionarios métodos de entrenamiento, su original estilo y su personalidad han cuajado de tal forma que alguno de los más grandes de Gran Bretaña comienza a pugnar por sus sevricios en un mundo extremadamente competitivo. Ángel Fernández vive el momento más dulce de una carrera en la que su gran objetivo es conseguir forjar algún campeón del mundo.
Salió de Cangas con apenas 18 años para buscarse la vida en las Islas Canarias y allí, este aficionado a las artes marciales acabó decantándose por el boxeo. El salto a las Islas Británicas llegó de la mano de su novia. "Solo le puse ucondición: que me tenía que buscar un gimnasio para boxear", recuerda. Comenzó a competir de forma amateur, encadenando diez triunfos y logrando el título del sur de Inglaterra antes de abandonar este deporte. "Yo trabajaba en eventos, tenía dos niños, y con los horarios me resultaba imposible compaginar todo", apunta.
Pero hace tres años y medio la vida de Ángel Fernández dio un vuelco. "Un amigo me pidió que le llevase la preparación física y poco después su entrenador me pidió que fuese su mano derecha en el gimnasio", relata. El boxeo llamaba a su puerta. "Todos los púgiles preferían hacer manoplas conmigo y el dueño me echó el gimnasio", afirma. Encontró otro y poco a poco entró en contacto con algunos de los nombres ilustres de este deporte, como los cubanos Ismael Salas (con 22 campeones del mundo en su palmarés) y Jorge Rubio, al que considera su maestro. "Él me abrió sus puertas, me enseñó y me dio una visión más amplia del boxeo", sentencia.
A partir de ahí su proyección fue meteórica. Tras perder con Lawrence Okolie, el peso crucero Isaac Chamberlain contactó con él para colaborar. Lo hicieron durante ocho meses y cuando el púgil británico reapareció lo hizo derrotando a Luke Watkins y con una gran evolución en su boxeo, lo que depositó aún más ojos en los métodos de este cangués. Con Chamberlain arriesgó y ganó. "En teoría Jorge Rubio supervisaba los entrenamientos, pero decidí prepararlo yo solo. No le dije nada a Isaac, porque quería saber dónde podía llegar como técnico", desvela.
Luego ha venido todo rodado. La promotora MTK le ofreció entrenar al kazajo Sultan Zaurbek (récord de 8-0, con 6 KO) y posteriormente fue la prometedora Sandy Ryan la que recurrió a él para afinar su puesta a punto de cara al asalto de la medalla olímpica en Tokio. "Aprende muy rápido y refleja perfectamente en su boxeo lo que yo enseño", afirma.
Pero el verdadero salto se ha producido hace unos meses, y no ha sido otro que la llamada para integrar el equipo que prepara a Anthony Joshua en la revancha ante Andy Ruiz por el título mundial de los pesados. Aunque es vox pópuli en el mundillo pugilístico, él elude la cuestión y ni lo confirma ni lo desmiente. Pero en lo que suceda el 7 de diciembre en el ring en Riad (Arabia Saudí) algo tendrá que ver este entrenador cangués.
Fernández tiene claro que, por encima de un estilo con una fuerte base de boxeo cubano, lo que hace especial y diferente su método dentro del tradicional boxeo británico es "ser abierto, estar siempre pensando e incorporar cosas nuevas. En cuanto acabo un entrenamiento ya busco qué hacer en el siguiente". En contraposición al estilo inglés, "muy convencional, muy recto", él apuesta por "trabajar los ángulos, la defensa, el contragolpe, el movimiento. Todos mis boxeadores tienen muy buen movimiento". Eso sí, sin tratar de imponer una forma determinada de boxear. "Cada púgil debe tener una base, no quiero cambiar su estilo de boxear", subraya.
Apunta que el primer paso "es que me hagan sombra para verlos y poder hacer correcciones". Luego llegan ya ejercicios específicos, como el uso de palos de espuma para trabajar los reflejos, la defensa o el contragolpe. "Aquí fui el primero y ahora hay muchos otros entrenadores que ya los están utilizando", dice. Y señala que sus fuentes de inspiración también llegan de otros deportes, como el fútbol. "Veo a entrenadores de otras disciplinas, admiro a Guardiola y a Jürgen Klopp, cómo hacen las cosas, su filosofía, y trato de coger mucho de ellos", afirma.
Ángel Fernández tiene muy claro su sueño, "tener varios campeones mundiales. Siendo español y de Cangas sería increíble. Eso no hay dinero que lo pague". El camino ha empezado con los tres boxeadores a los que entrena. "Isaac posiblemente tenga un buen récord para poder intentar pelear por un título en 2020, Sultan también estará en condiciones de hacerlo y Sandy será profesional después de los Juegos Olímpicos", dice. Lograr una medalla en Tokio "también sería un prestigio tremendo".
