Moderadamente satisfecho con el rendimiento de su equipo, que no con el resultado, se mostró el técnico del Frigoríficos del Morrazo, Nacho Moyano, a la hora de hacer balance de la derrota de los suyos ante el Ciudad Encantada de Cuenca. "Competimos mucho mejor que el día de Logroño, donde desconectamos en la segunda parte. Aquí nunca le perdimos la cara al encuentro e incluso tuvimos balón para ponernos a tres goles", afirma el entrenador madrileño, que, no obstante, subraya que aunque las sensaciones han mejorado "no nos vale solo con ellas con lo que nos viene ahora. El sábado hay que sumar sí o sí", en clara referencia al encuentro en O Gatañal ante el Viveros Herol Nava.

Moyano asume que el número de cuestiones a corregir aún es amplio, "porque nos falta madurez y peso como equipo", pero sí ha visto brotes verdes en determinadas cuestiones de relevancia. "Las inferioridades las jugamos mejor que el día del Logroño y las superioridades las jugamos bastante bien", dice. En cambio, lamenta el elevado número de exclusiones sufridas por los suyos. "Son demasiadas y al final ellos han tenido una defensa mucho más dura y contundente. Las nuestras son por tonterías", señala, algo de lo que también responsabiliza a un arbitraje permisivo con los locales. "Ellos nos dieron bastante y en la segunda parte por ejemplo regalaron algunos siete metros a los dos lados...", recuerda, antes de añadir que "no nos están ayudando en exceso, si bien en este partido tampoco influyeron en el resultado".

En cuanto a los errores en el lanzamiento, que dejaron a los cangueses por debajo del 50 por ciento de acierto, apunta que "o Maciel e Ibáñez estuvieron muy bien o nosotros lanzamos muy mal". Parte de esos tiros errados los achaca "al momento que elegimos para hacerlos. En muchos de ellos no elaboramos bien, acciones en las que lanzamos sin un pase, en las que nos las jugamos sin tener por qué. Es un síntoma de que el equipo está inmaduro y algo que hay que corregir". Otros llegan de situaciones muy claras, como los dos penaltis errados o varios tiros desde los seis metros. "Eso es señal de que no se ha jugado tan mal, de que el balón llega a donde tiene que llegar", señala. Eso sí, el consuelo sirve en un choque de otra Liga, pero, subraya, "no servirá en estos próximos encuentros". Asume que el acierto en el tiro "es difícilmente entrenable, porque generar esas situaciones de estrés, de brazo encogido en momentos puntuales, es muy complicado", pero sabe también que hay que mejorar los porcentajes de forma clara.