El joven cangués Javier Hermelo, de 18 años, está muy cerca de cumplir su sueño: ser futbolista profesional. El Real Mallorca acaba de apostar fuerte por él y le ha ofrecido un contrato profesional de cuatro años, con el que la primera temporada jugará en el conjunto juvenil y las tres siguientes en el filial, el Mallorca B. Una puerta abierta a entrar en alguna convocatoria con el primer equipo, que esta semana acaba de lograr el ascenso a Primera División tras una épica remontada contra el Deportivo de A Coruña. "Es una gran oportunidad, tenía que aprovecharla. No me perdonaría no aceptarla. No me gustaría llegar a los 30 años y estar pensando qué hubiese ocurrido si hubiese aceptado", cuenta el futbolista.

Hermelo ocupa la demarcación de central zurdo y formaba parte de las categorías inferiores del Real Club Celta de Vigo. Durante la pretemporada del año pasado sufrió una lesión en el pie que demoró su entrada en la dinámica de grupo con el resto de compañeros. Su recuperación llegó con la temporada ya avanzada y el Celta decidió cederlo al Alondras, cuyo equipo juvenil también jugaba en la División de Honor. "A nivel colectivo no fue un buen año porque el equipo descendió [él llegó a finales de octubre, en el último partido de Pablo Refojos en el banquillo], pero a nivel personal sí fue más positivo. Pude debutar con el equipo de Tercera División en el partido contra el Ribadumia y fui convocado en otros encuentros", cuenta.

Las negociaciones con el Mallorca las llevaron directamente sus padres y su representante, que no le dijeron nada hasta después de los exámenes de la selectividad. "Fue una sorpresa. Querían que me centrase en los estudios y luego me lo dijeron", cuenta Javier Hermelo, que no tuvo muchas dudas a la hora de aceptar la propuesta del Mallorca. Eso sí, siempre con los pies en la tierra. "Mi primera condición es que tenía que ser compatible con poder estudiar y parece que no habrá problema. Voy a matricularme allí en Magisterio para Educación Primaria", afirma.

El Mallorca llevaba tiempo siguiendo al central cangués y recabando informes, aunque de manera discreta y sin que el propio interesado lo supiese. El Celta de Vigo le ofreció continuar, aunque la oferta del Mallorca era más ambiciosa. "Es una decisión dificil porque cuesta dejar atrás tu zona de confort, a tu familia y amigos. Pero no me perdonaría rechazar esta oportunidad", confiesa el futbolista.

Como sucede en otros muchos casos su posición en el campo fue cambiando a lo largo de los años. Cuando comenzó en el Celta de Vigo con 8 años lo hizo como delantero, pero sus técnicos se dieron cuenta que por sus características podía jugar en la posición de central. "Siempre fui alto [ahora mide 1,83] y de constitución fuerte. Mis entrenadores, especialmente Álex Otero, vieron que podían retrasar mi posición para ayudar al equipo", explica. En los informes de seguimiento realizados por el Mallorca destacan especialmente su buena salida con el balón jugado y su fortaleza en el juego aéreo. De hecho, pese a ser defensa central esta temporada con el Alondras juvenil acabó como máximo goleador del conjunto con cuatro goles.

La situación del Mallorca también ha influido en su decisión, adoptada antes del ascenso a Primera. "Es uno de los equipos históricos del fútbol español. Hace tres años estaba en Segunda B, así que supuse que el equipo quería reconstruirse echando mano de gente joven y de la cantera. Ahora han logrado el ascenso a Primera y el filial juega el domingo el partido de vuelta de la última eliminatoria para el ascenso a Segunda B, con muchas posibilidades de clasificarse", argumenta.

El joven se incorporará a la disciplina mallorquinista el 16 de julio y para ir bien preparado sus amigos ya le han regalado estos días una camiseta de su nuevo club, con el que espera alcanzar algún día el sueño de jugar en la Primera División.