Sumar puntos a domicilio se ha convertido en las últimas temporadas en uno de los retos de un Frigoríficos del Morrazo que suele fundamentar sus temporadas en los encuentros que disputa en O Gatañal pero que necesita de la inestimable ayuda de lo que se pueda traer de sus desplazamientos. Ganar uno o dos partidos lejos del calor del hogar ha sido históricamente determinante para que los gallegos hayan certificado su permanencia en una Liga Asobal en la que rascar puntos fuera de casa es muy complicado excepto para los equipos que ocupan las posiciones altas de la tabla clasificatoria.

En la presenta campaña el Cangas ha realizado cinco desplazamientos y todos ellos han acabado con derrota. En el partido inaugural de Huesca los de Magí Serra dominaron el partido durante el primer tiempo gracias a su defensa pero poco a poco fueron perdiendo fuelle hasta acabar encajando una derrota por 25-21. La siguiente salida de los morracenses fue un auténtico varapalo, ya que el Liberbank Ciudad Encantada de Cuenca le endosó un doloroso 31-16 en el que ha sido quizás el peor encuentro de los cangueses en la presente temporada. Luego hubo que visitar el Palau Blaugrana en un choque en el que no se esperaba la sorpresa, pero que sirvió a los cangueses para recuperar sensaciones tras un buen primer tiempo. El duelo acabó cayendo para el Barcelona por 40-26.

La del Blendio Sinfín fue la derrota más difícil de asumir, al ser ante un rival directo en la lucha por la permanencia. El mal inicio de los cangueses los lastró el resto del encuentro, junto a su desacierto en el lanzamiento, con hasta seis penaltis fallados, y acabaron perdiendo por 25-21. La última derrota lejos de Cangas fue este martes, con un Logroño La Rioja al que se tuteó en el primer tiempo, pero con el que se cedió en el segundo tras haber encadenado varias exclusiones, para caer por 32-24.

Los cangueses son, junto a Teucro y Alcobendas, una de las escuadras que todavía no se ha estrenado fuera de casa, una situación que tampoco le es demasiado extraña, pues su rendimiento en las dos campañas anteriores también fue bastante escaso cuando se alejaba de su cancha talismán. De hecho, la pasada temporada sumó solo cinco puntos fuera de O Gatañal, si bien en la primera vuelta únicamente logró un empate (25-25) con el Anaitasuna. Los deberes quedaron para el final. Y es que tras haber sumado un punto en 12 salidas, los cangueses, ya con Magí Serra en el banquillo, encadenaron dos victorias ante Qabit Guadalajara (22-34) y Teucro (23-25) que obraron el milagro de una permanencia que hasta entonces parecía poco menos que imposible.

En la temporada 2016-2017 el Frigoríficos tampoco brilló fuera de casa, sino que ganó los dos partidos más determinantes. Lo hizo ante el Bidasoa en el último de la primera vuelta tras encadenar siete derrotas en otras tantas salidas, lo que le permitió cerrar el ecuador de la competición con 7 puntos y mantenerse vivo. Y venció en la jornada 27 en el duelo decisivo por la permanencia, ante un rival directísimo como el Villa de Aranda al que de este modo acabó sentenciando al descenso a la División de Honor B.