Un gol de Carlos Chocarro desde los siete metros a falta de tres segundos evitó la victoria del Frigoríficos del Morrazo ante el Anaitasuna (25-25) en un igualado encuentro en el que los locales volvieron a mostrar sus ansias de aferrarse a la Liga Asobal. El conjunto que dirige Magí Serra hipotecó en los instantes finales sus opciones de triunfo con varios errores, que, sin embargo, no empañan el esfuerzo sobrehumano de una escuadra que ha pasado de una situación casi terminal a ganarse el derecho a soñar con la permanencia. Los cangueses han sumado en los últimos cinco encuentros más puntos (7) que en los 20 anteriores (6) y, sobre todo, han mostrado unas sensaciones que permiten el optimismo en esta recta final de temporada.

La salida de los locales fue apabullante, con mucha intensidad en defensa, asfixiando a la primera línea visitante, y un buen nivel de acierto. El 4-1 de arranque era un aviso que el conjunto navarro consiguió enjugar mostrando su velocidad en el contragolpe y en el saque rápido de centro. Serra pedía tiempo para reorganizar a los suyos (5-5, minuto 10). La segunda oleada y el contragol daban réditos interesantes a los de Juanto Apezetxea, mientras el Cangas sufría un atasco en ataque, acrecentado por los buenos momentos de Nordlander (8-11, minuto 20). Pero desde el lateral derecho apareció ayer Chapela, excelente en el disparo, y enjugó la renta visitante (13-13, con tiempo de Apezetxea, minuto 25). Moyano se activaba y la segunda unidad local le permitía irse al descanso con ventaja (15-14).

En la reanudación el intercambio de golpes llevó al Frigoríficos a adquirir distancia (20-17, minuto 36, con Apezetxea parando de nuevo el choque). Un par de decisiones discutidas de los colegiados permitieron el equilibrio y el preparador local pedía tiempo (20-20, minuto 40). Y de nuevo recurría a Rubén como central y a Chapela en el lado derecho para ganar control. Con las defensas imponiéndose, cada gol era oro puro, y el Cangas se iba de nuevo (24-22, minuto 51, con exclusión de Bazán). Nantes asumió responsabilidades (24-24) y el Frigoríficos se fiaba a Muratovic para ponerse por delante a falta de un minuto y 12 segundos (25-24, con tiempo de Apezetxea). El Anaitasuna perdía el balón a menos de un minuto y ordenaba presión a toda pista. Moisés perdió el balón y el último ataque visitante acabó con un dudoso penalti de Chapela. Aunque quedaban 10 segundos los colegiados decidieron detener el tiempo solo a falta de tres. Y Chocarro no falló desde los siete metros.