El Celta se propone tomar esta tarde el último tren hacia Europa con un triunfo frente al Sevilla (Balaídos, 16.15 horas, BEin Sport) en un duelo que ambos equipos necesitan ganar para mantener sus aspiraciones de jugar el próximo curso en el continente. El conjunto de Juan Carlos Unzué tratará de aferrarse a su fortaleza en Balaídos, donde no pierde desde diciembre pasado, para sacar adelante tan complicado compromiso y acabar con la sequía de resultados que le persigue en los meses de febrero y marzo, en los que solo ha sumado un tercio de los puntos en juego (9 de 27 posibles) con pobres sensaciones futbolísticas.

El retroceso sufrido en los últimos dos meses ha dejado a los celestes a seis puntos de la séptima plaza, que precisamente ocupa su rival de esta tarde (empatado a puntos con el sexto, Betis) y que solo dará acceso a Europa siempre que el Sevilla quede entre los seis primeros. En cualquier caso, la distancia con respecto a las plazas europeas se ha incrementado en estas últimas jornadas y obliga al Celta a pegar un arreón en los ocho partidos que restan, que en su mayor parte van a enfrentar a los celestes a rivales de la zona privilegiada de la tabla. Tras encadenar dos empates, el último, con mucha fortuna sobre la bocina en San Mamés, y antes con una actuación decepcionante ante el colista en Balaídos, el Celta necesita retomar de inmediato la senda del triunfo que abandonó el pasado 5 de marzo, cuando batió, no sin sufrimiento, a Las Palmas en Balaídos.

El atasco goleador de sus dos delanteros, Iago Aspas y Maxi Gómez, que no han vuelto a anotar desde que entre ambos alcanzaron la treintena de goles frente al Eibar, ha sido uno de los problemas del equipo de Unzué, que ha ganado la posesión de la pelota en la mayoría de los encuentros pero no ha sido capaz de ejercer más que un dominio yermo del balón, con pocas aproximaciones con peligro y escasos daños frente al marco contrario. Jonny y Pablo Hernández, ante Las Palmas, y Brais, frente al Athletic, han sostenido el gol en el Celta en los últimos cinco compromisos ligueros.

Esta tarde, frente al cuarto finalista de la Liga de Campeones, Juan Carlos Unzué pierde además a Maxi Gómez, por sanción. El delantero uruguayo fue amonestado por décima vez esta temporada en el último partido contra el Athletic y tendrá que cumplir el correspondiente encuentros de suspensión. Todos los indicios apuntan a que la ausencia del goleador charrúa será cubierta por Lucas Boyé, que en San Mamés fue titular en la banda izquierda en perjuicio de Pione Sisto y contra el Sevilla actuaría como punta de lanza, con Iago Aspas partiendo desde el costado derecho, en la posición que el moañés ha venido ocupando casi toda la temporada.

La banda izquierda sería esta vez para el danés Pione Sisto, que ha sido suplente en los últimos cinco encuentros y cuya entrada en el campo mejoró notablemente al equipo contra el Athletic.

La baja de Maxi Gómez y la ausencia en la convocatoria de Emre Mor, a quien Unzué ha descartado por segunda jornada consecutiva por falta de actitud en los entrenamientos, reduce a la mínima expresión los efectivos para el frente de ataque y ha propiciado el estreno en la convocatoria del primer equipo del delantero hispano-alemán del filial Dennis Eckert, que iniciará el choque desde el banquillo.

Si los puestos en ataque parecen adjudicados, en defensa las cosas no están tan claras, empezando por la portería. La recuperación de Rubén Blanco, ausente por lesión en los últimos dos encuentros, plantea una duda en la portería, que el mosense se disputa de nuevo con Sergio Álvarez, sin que ninguno haya brillado especialmente sobre el otro a lo largo del curso. Rubén ha sido el titular de Unzué la mayor parte de la temporada, lo que hace suponer que volverá a ser el elegido por el técnico para situarse bajo el travesaño.

En defensa, Hugo Mallo y Jonny Otto son seguros en los flancos, mientras que Gustavo Cabral y Facundo Roncaglia se disputan, sobre el papel, un puesto junto a Sergi Gómez en el eje de la línea. Roncaglia ha sido la pareja más frecuente de Sergi durante la segunda vuelta, pero Cabral fue el elegido por Unzué par acompañar al barcelonés en San Mamés, con lo que ambas opciones parecen abiertas, no así la de Andreu Fontás, descarte habitual del técnico que vuelve a la convocatoria.

El internacional eslovaco Robert Mazan, mientras, no ha superado su tendinopatía en el muslo derecho y causa baja por lesión.

Por lo que respecta el medio campo, Lobotka jugará nuevamente de pivote defensivo en una línea de tres hombres que completarían Daniel Wass, a la derecha, y Pablo Hernández, a la izquierda, sin descartar la opción del canterano Brais Méndez, el hombre que ha ejercido de revulsivo del equipo en los últimos partidos.

El duelo de esta tarde no es menos importante para el Sevilla, que afronta un calendario final endemoniado, con tres competiciones en liza, y también necesita ganar tras perder la pasada jornada la sexta plaza en beneficio del Betis. El cuadro de Vicenzo Montella, el sustituto de Eduardo Berizzo, comparece en Balaídos físicamente y mentalmente castigado por la derrota eliminatoria europea frente al Bayern de Múnich y con la necesidad imperiosa de sumar tres puntos antes de medirse la próxima jornada, en otro duelo aún más directo, al Villarreal.

La visita del Sevilla está marcada por el retorno a Balaídos de Nolito, un futbolista idolatrado por la afición celeste, que apunta sin embargo al banquillo. Aunque dispone de todo su arsenal, Montella ha anticipado que no va a realizar demasiados cambios con respecto al equipo que se enfrentó al Bayern en la Champions el pasado martes. El técnico italiano ha reservado a Escudero y al colombiano Muriel y no ha incluido en la lista al tocado Mercado, pero solo ha confirmado la titularidad en la portería de David Soria por el defenestrado Sergio Rico.