"Voy a echar esto de menos, pero creo que todavía no soy plenamente consciente de la pena que me va a dar", admite un Jose Figueroa que añade que "cuando vuelva al pabellón y vea los partidos, la celebración de las victorias, etcétera, me va a entrar la nostalgia de no poder estar ahí porque me conozco". Otra etapa comenzará en su vida, "la de socio, porque pienso seguir viniendo a ver al Frigoríficos y al Luceros". Y añade que "los sábados podré disfrutar del partido, no sufriendo, sino animando al equipo, y también podré tener algún fin de semana libre".

Atrás queda la satisfacción de haber dirigido al filial pero también de participar en los éxitos del primer equipo. "No puedo estar más contento por lo que me ha tocado vivir. He vivido una salvación con un gol de campo a campo en un partido de terceros [un Huesca-Octavio], dos años seguidos de récord de puntos del club, una clasificación europea, otra salvación en la última jornada...", rememora. "Tengo que agradecer a Óscar [Fernández, el director deportivo] la oportunidad que me dio, y también a Pillo porque valoro todo lo que aprendí de él, y más incluso como persona que como entrenador, y eso que como entrenador era muy bueno. Le tengo un cariño que no se puede expresar con palabras".