"Estábamos completamente tranquilos porque sabíamos que la Federación y los jugadores iban a apoyarnos y con uno que no estuviera de acuerdo la decisión iría al Consejo Superior de Deportes", manifestó Manuel Camiña, presidente de la gestora del Cangas. Para el dirigente queda demostrado que la actuación de la Asobal es "una caza de brujas, una venganza personal", sobre todo, señala, "cuando hay clubes que presentaron los avales el mismo día que nosotros e incluso alguno más tarde".

Camiña desvela otra cuestión, y es el hecho de que "el capitán del Villa de Aranda llamó al nuestro para decirle que no se explica cómo ese club pudo devolver el aval del año pasado cuando necesita su firma y él no la dio". El aval al que se refiere el presidente cangués es el de 51.000 euros, para garantizar el pago a los jugadores. Al finalizar la temporada, el capitán de cada equipo certifica que no hay deudas y se devuelve, paso previo a poder solicitar uno nuevo para la siguiente temporada. "Este capitán no firmó, porque hay jugadores a los que aún se debe al menos mes y medio", denuncia Camiña.

De cara a la próxima decisión del CSD Camiña también dice sentirse tranquilo, "porque no creemos que vaya en contra de la Federación. Hay suficiente documentación que demuestra que cada año hay 800 casos como el nuestro. E incluso este año pidieron los avales antes, como decidieron en asamblea, cuando en el convenio entre Federación y Asobal se fija el 30 de julio como fecha para hacerlo".