Lleva tanto tiempo de rojiblanco que admite sin rubor alguno desconocer durante cuántos años ha colaborado con el Alondras. "No sé cuánto tiempo. Estuve más de 20 años seguro", afirma, si bien la cifra está más próxima al cuarto de siglo. Comenzó colaborando con Antonio Velloso, recaudando dinero para el club gracias a una quiniela semanal que se ofrecía por los bares del municipio. "Entonces sí que se recaudaba dinero", afirma. Y en los últimos años ha sido un habitual de las gradas, siempre con una sonrisa, vendiendo rifas o ayudando en todo aquello que se necesitase.

A sus 83 años Ángel Fernández, "Gelucho", es uno de esos rostros reconocibles del cuadro cangués, por encima de futbolistas o técnicos. Y esa labor llevada a cabo con tanto empeño como ilusión no ha pasado desapercibida para la Asociación de Clubes Gallegos de Fútbol, que ayer le hizo entrega de la Mención Especial a un Directivo o Colaborador. Un premio que distingue el trabajo de un hombre al que problemas de salud apartarán de su presencia constante en el campo de O Morrazo.

"El Alondras siempre me gustó mucho", afirma. De casta le viene al galgo, ya que su padre, Ángel Fernández Del Río, conocido por su segundo apellido, "fue uno de los fundadores del club en 1928", como se encarga de recordar. "Él me metió el gusanillo en el cuerpo, también la familia, y empecé con los talonarios", señala, antes de añadir que "yo aún vuelvo al campo". Añora el estar en O Morrazo, y, varios meses después de haberse apartado de su labor, apunta que "todo el mundo me echa de menos, pero ¡qué le voy a hacer! Lo primero es la salud y uno mismo".

Directivo de los de a pie, Gelucho sabe muy bien lo que era cuidar del césped de O Morrazo. "Trabajé mucho en ese campo. Había que cortar la hierba, prepararla, pisar el campo. Muchas cosas que no se ven", dice. En esta tarea "siempre iba con un compañero. Y me gustaba, no me podía quejar". Ahora vivirá el Alondras de otro modo, como simple aficionado. "A ver si empieza ya la temporada", pide. La fiebre del fútbol hace que le apetezca ver de nuevo al equipo de sus amores. "Yo tengo ilusión porque se haga un buen equipo y podamos acabar haciendo una buena temporada", señala con un brillo en los ojos que delata su ilusión.

Ayer, en la gala celebrada en Santiago, mientras jugadores como Joselu (Compostela) recibían el trofeo al pichichi y mejor jugador de Segunda B, Jacobo Montes (Choco) el de mejor entrenador de Tercera o Herbert (Cerceda) el de mejor jugador de la categoría, Gelucho tenía su merecido reconocimiento a una labor alejada de los focos pero muy importante.