No pudo ser, y ya van dos años seguidos. El Laro Club de Fútbol perdió ayer su segunda final consecutiva de la Copa do Sar delante del Zona Vella en un partido que llenó las gradas del Novo Municipal de A Estrada. Si hace un año un dudoso penalti dejaba a los de Agro Novo sin título, ayer de nuevo los 11 metros privaron a los trasdezanos de alzar su primer título de esta competición a la que le tienen tomada la medida salvo en su partido decisivo. Tras finalizar el tiempo reglamentario y la prórroga sin que se moviera el marcador, la lotería de las penas máximas sonrió a los de la capital de Galicia, mientras que el cuadro de Silleda tendrá que esperar a una mejor ocasión para poder llevar a sus vitrinas una copa que se le resiste.

El partido resultó muy igualado tanto en el tiempo reglamentario como durante la media hora de prórroga que precedió a los penaltis. Antes del descanso el colegiado anuló un tanto a Jagoba por una supuesta mano y en la segunda mitad un cabezazo de Diego, por parte del Zona Vella, se estrelló en el palo derecho del portal defendido por Cherokee. Los dos equipos lo intentaron en el tiempo añadido pero el miedo a perder por ambas partes abocó el desenlace al punto de los 11 metros. Fue entonces cuando la suerte se alió con el bando que ayer jugaba como local en A Estrada. Cruces y Álex Peña convirtieron para el Laro en la muerte súbita, mientras que Ivi, Galego y Adrián malograron sus lanzamientos. Cherokee consiguió parar un lanzamiento de los de Santiago, que también enviaron fuera un segundo, pero sus tres dianas les hicieron finalmente campeones.

Cabe recordar que el Laro estuvo hace un año muy cerca de lograr una gesta histórica. Entonces, el equipo entrenado por Román Blanco viajó a Santa Isabel con el papel de víctima propicia para un gigante como el Sigüeiro que tenía la oportunidad de maquillar en la Copa do Sar una mala temporada. Durante 94 minutos y 50 segundos, el Laro fue un grande. Mucho más grande que el Sigüeiro. Tan grande que mereció ganar. Tanto, que solo la aparición de un discutido penalti en contra en la última acción del partido logró evitar que su nombre quedase grabado para siempre en la que está siendo una copa maldita para el conjunto de Agro Novo.

Mención especial merecen los numerosos aficionados desplazados desde Silleda y Santiago hasta el campo de hierba artificial de A Estrada para presenciar la final. El presidente de la Real Federación Gallega de Fútbol, Rafael Louzán, fue el encargado de entregar tanto la copa al campeón como el trofeo de consolación a los de Laro.