El Embutidos Lalinense sumó ayer su octava victoria consecutiva a costa de un Procoaf Gijón que se llevó de Lalín una clara goleada. Los de Milucho encarrilaron el partido con quince primeros minutos para enmarcar que finalizaron con un marcador de 11-0 a su favor. A partir de ahí, los rojinegros disfrutaron de un cómodo partido, con rentas que superaron los quince puntos. El marcador se apretó en el tramo final por su relajación.

El partido jugado en el Lalín Arena mostró la diferencia entre un equipo hecho y con las ideas muy claras contra otro con buenos mimbres, pero con mucho por aprender y con pruebas constantes sobre la pista. Esos factores, unidos a una gran agresividad inicial, permitieron a los de Milucho destrozar en los primeros minutos a un rival totalmente superado. La buena defensa local dio la oportunidad de correr con claridad y en ese juego los dezanos se movieron con pez en el agua.

Superado el ecuador de la primera parte, las fuerzas comenzaron a igualarse, aunque los lalinenses siguieron manteniendo y por momento ampliando su renta. Al descanso, el choque estaba prácticamente sentenciado, con doce goles de ventaja. Este marcador hizo que la segunda parte se convirtiese en una larga espera del pitido final. La victoria nunca peligró para los rojinegros, que ven ampliada su racha de victorias a la espera de su enfrentamientos contra los rivales directos en la parte alta.

El primero de estos compromisos vendrá precisamente la próxima semana con la visita a Chapela, un equipo que viene de perder en Oviedo. "Este fue un buen triunfo para los jugadores, que hicieron lo que tenían que hacer y dieron la cara desde el principio", explica Milucho tras el encuentro antes de restar importancia a sus ocho triunfos consecutivos. "Debemos ir partido a partido pero sabemos que lo más complicado todavía está por venir", argumentó.