El A Estrada Futsal avivó ayer sus opciones de pelear por el título de campeón de la Tercera División con una merecida victoria ante el Pazos de Borbén por 4-2. El partido, convertido ya en un clásico de la categoría, respondió a lo esperado. Fue una lucha de poder a poder entre dos equipos antagónicos en su concepto y en su forma de entender en fútbol sala, dos equipos empeñados en discutir la esencia del otro y al mismo tiempo dos equipos que disfrutan cada vez que sus caminos se cruzan.

El clásico cayó en esta ocasión del lado de un equipo que mostró un impropio ejercicio de madurez. Los de Sesar hicieron todo lo que tenían que hacer para ganar y eso, en ellos, resulta a veces sorprendente. Sin guerras, sin dramas, sin épica y sin nervios. El partido de los estradenses fue perfecto porque bebió de sus virtudes y atacó las debilidades de su rival y todo con una precisión milimétrica.

La primera parte dibujó un A Estrada Futsal intenso y con mucha movilidad, pero incapaz de encontrar huecos en la cerrada defensa rival. No hacía falta. Los minutos eran una cuenta atrás para un Pazos de Borbén que castigaba su quinteto en busca de un balón que corría sin descanso. El golpe de los estradenses llegó precisamente en el tramo final, cuando los visitantes soñaban con el descanso. Moro, el eje sobre el que se asienta el equipo estradense, y Simón, tras una contra a falta de cinco segundos, colocaron el 2-0 en el marcador.

Esos goles marcaron el partido, ya que obligaron al Pazos de Borbén a dar un incómodo paso adelante. Jugando de cinco desde el minutos 12, los visitantes se toparon con un rival al que no le dolió el esfuerzo defensivo. Ni siquiera el 2-1 le hizo cambiar el gesto. Una contra de Tojo en el minuto 36 encarriló el partido y otra de Kinso en el 40 lo mató. El 4-2 llegó con todo decidido.

Los de Sesar son ahora segundos, con un punto más que el Pazos de Borbén y con un partido menos.