En el año 2015, el deportista lalinense Carlos Blanco alcanzó su punto más álgido con el subcampeonato del mundo de culturismo logado en la competición organizada en Benidorm. Esa plata era un gran punto de destino para un hombre que ya se había coronado como campeón de España y del Arnold Classic Europa en 2013. Lo que para muchos sería un punto y aparte tras una larga preparación, para Blanco fue apenas una coma. "El cuerpo es una máquina y también hay que darle un descanso. Creo que paré un mes o dos. Luego ya me puse de nuevo a entrenar", explica un deportista que dos años después está listo para volver a subirse a un escenario. El dezano realizará su reestreno el próximo fin de semana en el Open Nacional de Castellón. Será una piedra de toque para un intenso mes y medio de competición, cuyo destino será el Campeonato del Mundo que se celebra del 3 al 5 de noviembre.

El camino de Carlos Blanco hacia su gran objetivo arranca con un campeonato que, según explica, le servirá como "toma de contacto para lo que viene después". La semana siguiente, el lalinense tiene una cita especial y al mismo tiempo ineludible, el Arnold Classic Europe, una competición que reúne a algunos de los mejores especialistas del mundo en Barcelona. No se pone en juego un título oficial ni tampoco tiene el nivel de un mundial pero es una cita a la que acuden rivales muy importantes y muy interesante a nivel publicitario.

En las siguientes semanas, tiene calendado otro posible Open, antes de afrontar el Campeonato de España, el 14 y 15 de octubre. Blanco ya fue campeón nacional y sopesa si volver a presentarse este año. Sí que lo hará sin embargo en el Campeonato de España por parejas, una competición especial al poder competir junto a su pareja, Raquel Arranz, una mujer que es bicampeona de España, subcampeona de Europa y Míster Olimpia.

Blanco reconoce sin embargo que su gran objetivo de este 2017 es el Mundial que se celebra el primer fin de semana de noviembre en Benidorm, el mismo escenario en el que logró la plata hace dos años. Lo hará compitiendo dentro de la categoría absoluta de más de 100 kilos.

El culturista lalinense llega a este punto con mucho trabajo a sus espaldas, aunque una lesión en la clavícula derecha lo obligó a modificar sus entrenamientos, pasando un mes sin poder realizar ejercicios en los que tuviese que intervenir su hombro. "Uno nunca se ve bien pero la gente me dice lo contrario. Es difícil valorarse uno a sí mismo, por eso es importante tener un entrenador que te guíe en esos momentos en los que la cabeza ya no te regula", explica. El encargado de realizar esa labor de guía es Arturo Castañeda, de A Coruña, su entrenador desde hace ocho años.

Blanco entrena en los gimnasios Squash de Santiago. En su rutina figura en torno a una hora y media de pesas casi todos los días, un tiempo que aumenta con el necesario trabajo de cardio. De esa manera Blanco ha conseguido colocarse como uno de los mejores culturistas del mundo. A sus 30 años, aguarda tener todavía por delante muchas competiciones más, aprovechando de esa manera las posibilidades de un deporte menos castigado por el paso de los años. "Espero aguantar todavía mucho más. Salvo una lesión grave me veo con fuerzas para seguir".