La Milla del Albariño consiguió reunir ayer en Cambados a la flor y grana del atletismo gallego, una prueba de mucho nivel en el que la competitividad dejó un espectáculo edificante para todo aquel que se acercó a presenciar las evoluciones de los corredores. Sergio Sánchez en la categoría masculina, y Esther Navarrete en la femenina, fueron los grandes triunfadores en una prueba que resultó bastante rápida, sobre todo en su segunda parte, cuando el viento del sudeste beneficiaba a los corredores.

Sánchez, recordman europeo de los 2000 metros en pista cubierta fue el primero en cruzar la línea de llegada. Lo hizo tras pasar toda la carrera en un grupo formado por Fernando Vales, campeón gallego de 800 metros; Carlos Porto; y el atleta Manuel Hurtado, una de las grandes referencias del medio fondo y fondo en Galicia. El ganador cimentó su triunfo en los últimos 500 metros, donde consiguió romper el grupo y cruzar la línea de llegada en solitario, por detrás, Vales también soltaba un ataque que le permitía subirse al segundo cajón del podio. Los puestos de honor los completaría Carlos Porto que cruzaba la línea de llegada antes que Hurtado.

Más emoción se vivió en la prueba femenina, donde Navarrete, subcampeona de España de 5.000 metros, se acababa imponiendo al sprint a la venezolana Jocelyn Brea, campeona del Mundo de triatlón. El sprint fue muy apretado aunque Navarrete cruzaría la línea de llegada por muy escaso margen. La tercera posición de la prueba sería para Sandra Mosquera, quedándose a las puertas del podio una de las grandes promesas del atletismo español, la vilagarciana Raquel Meaños.

La prueba contó con la participación de 150 corredores, muchos de ellos, conocidos de sobra en el circuito de atletismo gallego, dando un nivel muy importante a una Milla urbana que cuenta con muchos seguidores. El circuito fue el que se lleva recorriendo desde hace 25 años, con salida en el paseo marítimo en dirección a San tomé y regreso.

Una de las mejores noticias es que la prueba se celebró sin ningún tipo de incidente, y sobre todo, que la lluvia decidió no hacer acto de presencia para deslucir la carrera. Si lo hizo el viento, que dificultó el primer tramo de la carrera a los participantes, pero incluso resultó beneficioso en el regreso.

Tras un cuarto de siglo, la Milla urbana del Albariño se ha convertido en una de las pruebas de referencia en este tipo de carreras, tanto por el número de participantes como por el recorrido y la calidad del cartel con el que cuenta.