Se confirmó el descenso del Calmear Rasoeiro a Primera Autonómica, en una jornada con una carambola adversa que certificó su pérdida de categoría nacional. Primero cayó con contundencia en Cangas antes el Luceros (38-25), mientras que, una hora antes, se confirmaba la victoria del OAR coruñés en Pontevedra ante el Teucro (27-36).

La jornada dominical no fue propicia al Rasoeiro en O Gatañal, que únicamente mantuvo el pulso en el primer cuarto de hora, con alternativas y diferencias cortas en el marcador para uno y otro, la última para los grovenses a los cuatro minutos con gol de Edu (2-3). En el 6 Omar subía el empate a 4, para pasar a caer acto seguido por la mínima (6-5). Justo ahí un parcial de 4-1 llevaba el electrónico a un 10-6 que abría la primera brecha (min. 18). A una pírrica reacción (10-8), le siguió otro parcial de 4-0 para los locales que hacía que el Luceros pusiera tierra por medio (14-8), y que se traducía luego en el 17-10 del descanso.

En la vuelta a cancha el Rasu tiró por tierra cualquier posibilidad, tanto que yal 33 caían de 11 (20-11), para subir su desventaja en el 36 a un 24-12. Con el partido entregado la renta apenas decreció, bajando únicamente de los 9 goles en el 43 (27-18), para volver luego a subir hasta una máxima de 13 en el 57 (27-23), que se repetía luego el final (38-25).

El técnico Quito Parada valoraba el partido: "Estuvimos bien en el primer cuarto de hora, pero luego el equipo falló lo indecible en lanzamientos francos de seis metros, y eso nos castigó al momento. La segunda parte fue ya para olvidar". Con respecto a la victoria del OAR en Pontevedra, entiende que "era previsible en parte porque el Teucro, con nada en juego, llevaba ya una jornadas dejándose ir, mientras Luceros venía de hacer una gran segunda vuelta en la que cosechó 14 puntos que eran muchos"

Acaba así el Calmear Rasoeiro su periplo dorado de tres temporadas por la Primera Nacional. El regreso a la Autonómica supondrá el fin de una etapa que Quito Parada, centrado en esta temporada en su vertiente de técnico, veía ineludible: "cuando subimos hace tres años -afirma- pensábamos que íbamos a descender en la primera temporada y, en cambio, aguantamos tres, que nos parecía imposible". "En nuestra situación -agrega- toca el fin de una etapa, porque el Rasoeiro es un plantel integrado todo él por jugadores de O Grove, muy condicionado por la hostelería, sobre todo en el arranque liguero, sin encontrar refuerzos fuera. En este tiempo los rivales se reforzaban y renovaban a cada paso, mientras nuestra generación se mantenía y estaba tocando a su fin".