El Dena tiró de oficio en Domaio para sacar adelante un partido en campo pequeño que resolvió desde el punto de penalti. La mejor salida de los locales metió a los meañeses atrás, el tiempo que precisaron para soltarse y buscar el área rival. Fruto de ello, en una pared entre Giao y Rosal, éste acabó derribado en el área, pena máxima que transformaría Rosal.