Más altas, más fuertes y más

La directiva apuesta por una plantilla larga y físicamente poderosa

Oferta de renovación a Musa por dos años

El Celta Zorka toca el cielo en Navia

Alba Villar

A. A.

“Han estado tocándonos jugadoras”, revelaba Cristina Cantero a la conclusión del partido contra el Bembibre. Otra dificultad que gestionar en momentos de máxima ansiedad. El director deportivo, Carlos Colinas, intervino para blindar el vestuario. El mercado de Liga Femenina es de metabolismo voraz. Desde la Copa de la Reina se suele incentivar el mercadeo. La mayoría de equipos ya tienen muy avanzadas sus plantillas. Al Celta, que el año pasado llegó tarde por ascender desde la fase, lo había obstaculizado ahora la incertidumbre. Resuelta con éxito, Colinas acelerará decisiones, gestiones y plazos. El plan estratégico está definido.

Del actual equipo, solo Haidara y Garfella tienen otro año de contrato –opcional, en el caso de la valenciana–. Y aunque todo quedaba a expensas de la permanencia, a Musa ya se le ofreció la renovación hace tres semanas. Sería por dos años y con una mejora sustancial de su salario. Con todo, será muy difícil retener a la jugadora revelación de la Liga Endesa. Musa ha disipado las dudas que su estatura podía ofrecer en la élite. Su agente maneja intereses de Hungría, Turquía o Italia. El Celta fía sus esperanzas a lo feliz que la nigeriana ha sido en Vigo, donde se ha mimado su progresión.

En todo caso, el proyecto no se hipotecará por ninguna pieza. Resulta casi obligado elevar el presupuesto, que en esta temporada ha sido el segundo más bajo, solo superior al del Bembibre. Pero estará, como siempre, ajustado al céntimo. Las propias célticas han elevado su caché. Como baza favorable, el club ha dejado de ser un desconocido para muchos representantes después de más de una década en Liga 2. Y aunque primará el dinero, el ambiente de Navia se ha convertido en un reclamo entre las jugadoras.

En la confección del equipo se ejecutarán numerosos cambios, pero con equilibrio y conservando la identidad del grupo. Colinas y Cantero apuestan por una plantilla más larga que la del ejercicio recién concluido. Una situación que se agravó con el fracaso y marcha de Premasunac. Los responsables vigueses creían poder recurrir en caso de urgencia al mercado invernal y soñaban con que María Araújo completase su renovación vestida de celeste. Pero no hubo alternativas asequibles y Araújo eligió Turquía.

Así que esta vez se apostará por una nómina de once profesionales, a las que se sumarían las dos o tres canteranas más aventajadas. Y esta reforma profunda debería estar completa, o al menos muy avanzada, cuando se inicie la pretemporada. Porque precisamente a los problemas del pasado verano se achaca ese registro inicial de siete derrotas consecutivas que tanto lastró al equipo, que de los 23 siguientes partidos logró ganar diez.

En cuanto a las características, no se abandonará la inclinación por los jóvenes talentos, a los que Cantero pueda moldear. Forma parte de la idiosincrasia del club. Pero esa juventud se quieren equilibrar con el oficio y conocimiento de la competición española que aporten otras piezas y singularmente las extracomunitarias –Benton, por ejemplo, era “rookie” en Europa y a la aclimatación le sumó llegar lesionada–.

El perfil general apuntará a la potenciación del componente físico, tanto en fuerza como en altura. Y una versatilidad solidaria, como la que ha representado la francesa Samson, más que a anotadoras rutilantes que no contribuyan a la mejoría de sus compañeras. Con estos cambios intentarán una permanencia más holgada en una Liga Femenina a la que ya ha ascendido el Ardoi y que podría tener dos novedades más si se confirma que el Barcelona vende su plaza. Tanto el Joventut como el Azul Marino Mallorca estarían interesados.