Atletismo

La compañía del corredor de fondo

La Vig-Bay es un reto que muchos afrontan de manera colectiva, como el club coruñés NoSportLimit u 80 soldados de la Brilat

Miembros de la Brilat, hace años, en un test por Pontevedra.

Miembros de la Brilat, hace años, en un test por Pontevedra. / Gustavo Santos

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Uno, aunque rodeado de multitudes, corre siempre solo. Ni siquiera contra los rivales, aunque lo parezca, sino contra sí mismo. Serán 5.000 las batallas que se entablen este domingo cuando el pistoletazo de Abel Caballero resuene en Samil. Habrá que vencer al crono insidioso, a las piernas quejosas y a ese susurro tentador que conmina a retirarse en la siguiente curva. Muchos, sin embargo, afrontarán en comunidad los retos de la Vig-Bay. En grupo se congregan amigos y compañeros de empresa; también clubes como el herculino NoSportLimit, por lo civil, y soldados de la Brilat, por lo militar. Sus miembros han preparado juntos la carrera e incluso se apoyarán en los desmayos. Uno, aunque aislado en el asfalto, corre siempre en compañía.

El NoSportLimit acudirá como en cada edición desde que se fundó en A Coruña, hace 13 años. Originalmente se centró en el triatlón, con 200 socios; entre ellos, 160 federados que lo elevaban al top gallego. Pero la propia naturaleza de su deporte los ha llevado a crear secciones de ciclismo y atletismo. “Hay gente que es triatleta en verano y el resto del año, corredor”, resume uno de sus fundadores y entrenadores, Óscar Silguero.

La Vig-Bay les ha cuadrado perfectamente en ese minucioso calendario. “Es una muy buena prueba para preparar otras como la maratón de Madrid, que es a finales de abril. Además de que es maravillosa por el entorno y la calidad con que está organizada”.

Siempre superan la veintena en su viaje al sur. En esta ocasión serán 22. En diez de sus participaciones establecieron una rutina: pedalear de A Coruña a Vigo el día anterior –alrededor de 6 horas a 28 o 30 km/h–, pernoctar en la ciudad olívica y sus alrededores, galopar al día siguiente “sin pretensión de grandes marcas” y regresar en coche. Esta vez han renunciado a la bicicleta. “Han pasado el Gran Premio de Manzaneda a abril. No podemos cargarnos tanto de kilómetros”.

En NoSportLimit, “un club popular, de gente que enfoca el deporte como hobby”, fomentan proponerse objetivos comunes. “Es más fácil entrenarlos de manera grupal. Tienes la motivación conjunta y se establecen sinergias de buen rollo”, sostiene Silguero. A la última media de A Coruña acudieron 65 e igual a la maratón herculina mientras se celebró. Otra cita fija es el Desafío Cíes de triatlón, que el socio de Silguero, Ricardo Rey, ganó hace dos años.

Miembros de NoSportLimit, en la Carreira da Torre.

Miembros de NoSportLimit, en la Carreira da Torre. / Cedida

Esa vinculación se combina con la variedad de biografías y niveles. Esta veintena abarca edades de 30 a 55 años y un 40% por cierto de mujeres. “Si intentas hacer marca, es un sálvese quien pueda”, evalúa Silguero. “Pero hay quienes sí corren juntos si tienen un nivel parecido. Y algunos hacemos de liebre”. Ejercerá como tal oficialmente un miembro de NoSportLimit, Francisco Alonso, que portará la referencia de las dos horas.

Silguero describe la Vig-Bay como una “prueba rápida pese a la subida en el km 8. Una vez que coronas, luego es todo favorable. El viento suele entrar a favor.”. El paisaje favorece el esfuerzo: “La de A Coruña es muy rápida pero es muy fea, te llevan por el polígono. La Vig-Bay es preciosa. Siempre se lo digo a la gente que entreno; solo el hecho de ir hasta allí, si tienes un buen día, es espectacular. Aunque no sea el mejor circuito para hacer tu mejor tiempo, eso pasa a un segundo plano. 5.000 personas no pueden estar equivocadas”.

“Experiencia positiva”

En esa masa multicolor habrá, por tanto, núcleos uniformes. El mayor, el de la Brilat. Acudirán ochenta miembros de esa Brigada Ligera Aerotransportable Galicia VII, esta vez a ras de tierra, acantonada en la base pontevedresa de Figueirido. “En nuestro programa hemos integrado la participación en carreras como la Vig-Bay, de obstáculos… Además, por el tipo de prueba, es una forma de fomentar la cohesión, el compañerismo”, expone el capitán Ignacio de Ledesma.

La elección de eventos se realiza a partir de propuestas en cada unidad. “Se plantean ideas y proyectos, se estudian y las que sean viables se llevan a cabo”, explica De Ledesma, que detalla: “La preparación física en el ejército es complicada de afrontar. Hay que estar preparado para cualquier cosa. También dependiendo del puesto táctico, del trabajo que desempeñe cada militar en su día a día, se requerirá más de un tipo u otro. Pero todos tenemos unos mínimos que alcanzar, una base. Una media maratón no es la prueba más importante ni la más completa, pero debemos estar preparados”.

En cuanto al planteamiento de la carrera, “habrá dos grupos diferenciados”, anticipa el capitán. “Uno completará la prueba de forma independiente y otro, el grueso, participaremos de forma colectiva, todos juntos, para disfrutar a la vez que sufrimos, en un ambiente festivo con la gente”.

Llama la atención ver de repente a 60 o 70 personas vestidas iguales”, admite sobre la reacción de los otros civiles. “Pero es agradable también. Es una forma de que vean de cerca lo que es una unidad militar. El feedback generalmente es muy positivo. Se acercan, nos saludan, piden alguna fotografía… Nos sentimos muy queridos. La experiencia suele ser muy positiva”.