Atletismo

El mundo a sus pies

La porriñesa Ana Gómez Sousa, tras correr en Tokio, se ha unido al grupo de apenas sesenta españolas que han completado los seis principales maratones del planeta

Ana Gómez Sousa, en Tokio.

Ana Gómez Sousa, en Tokio. / Cedida

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Solo en dos ocasiones de sus once maratones sintió Ana Belén Gómez Sousa ganas de llorar tras haber cruzado la meta. En Boston, en 2018, “de alivio o de alegría”, vacila al recordarlo, aterida y azotada por el diluvio. Este domingo, en Tokio, “sin duda de alegría”.

–Disfruta de este momento, tienes la suerte de estar aquí –revela que iba pensando mientras enfilaba la última recta junto a la estación de Marunouchi, cerca del Palacio Imperial.

Puede llorar a gusto o sonreír si lo prefiere, recolectando la memoria de lo que ha recorrido. La porriñesa se ha convertido en una atleta “seis estrellas” tras completar los Abbott World Marathon Majors. Un logro que poco más de 11.000 atletas han conseguido. Sousa asume el sacrificio y la distinción que comporta: “A mucha gente le gustaría y no muchos se lo pueden permitir. Es un privilegio haberlo hecho”.

Sousa, funcionaria municipal en su Porriño natal, difícilmente habría imaginado hace una década que sus piernas acumularían tantos kilómetros. De adolescente había practicado baloncesto. De joven y madura, senderismo. Una amiga, Isa, la convenció para acelerar el paso. Se inició en la Carrera Vigo contra el Cáncer de 2014. El debut maratoniano se produjo dos años después, en Berlín. La preparación la comprometió definitivamente con el pedestrismo y ha cambiado de alguna manera su vida.

El proyecto de los World Marathon Majors surgió así como una consecuencia natural de esa implicación. La reunión en una estructura común de los principales maratones del mundo se ideó en 2006; cinco entonces, a los que se uniría el de Tokio en 2013. Cada una funciona por su cuenta, pero comparten un registro que ensalza a quien los concluye todos. Sousa los había ido completando al ritmo que las circunstancias personales y generales lo permitían. A Berlín (3:39:21) en ese 2016 le siguieron Boston (3:36:59) en 2018, Londres (3:18:33) y Chicago (3:10:10) en 2019 y Nueva York (3:48:48) en 2022.

El gafe de Nueva York

El neoyorquino requirió persistencia. El destino pareció haberse conjurado contra su participación. A la cancelación de 2020 le siguió en 2021 el cierre de fronteras, que el gobierno estadounidense levantó un día después de que se disputase la carrera. Sousa, que ya había adquirido los billetes, de cambio limitado a seis meses, compitió como alternativa en el de Brooklyn. También ha estado en los de Valencia, Maspalomas, Málaga y Tromso, ese que se disputa en el junio boreal, bajo el permanente y pálido sol del verano noruego.

La medalla que se concede a quien completa los seis "majors".

La medalla que se concede a quien completa los seis "majors". / Cedida

Si tachó la casilla de Nueva York, fue con agonía el 2 de noviembre de 2022. La reentrada descontrolada en la atmósfera de un cohete chino, que finalmente amerizó sobre el Pacífico, provocó el cierre del espacio aéreo ibérico; apenas una hora, pero lo suficiente como para retrasar un día el vuelo que debía tomar Sousa, que llegó apurada. “Un gafe continuo”, resopla.

Le quedaba Tokio, en resumen, aunque aún se regaló antes la repetición en Boston, en 2023. “Para mí es el maratón con mayúsculas”, destaca. “La primera vez no lo había podido disfrutar por el mal tiempo. Es el más antiguo. Y el de ambiente más especial, junto al de Nueva York. Son las ciudades que lo viven más. La gente, cuando sabe que participas, te hace sentir diferente”.

Ana, en el medio, y su familia, en un local tokiota.

Ana, en el medio, y su familia, en un local tokiota. / Cedida

El aplazamiento obedecía también a la “conjunción” que iba a producirse en 2024. Ana Belén Gómez Sousa acaba de cumplir 50 años. Completar los “majors” y descubrir Japón se ha convertido así en regalo. Por eso, en este viaje la han acompañado su tía Marisol; su hermano, David; su primo Ricardo y la mujer de este, Anaís. Marisol, en realidad, ejerce como socia habitual de sus aventuras desde que se ha jubilado. “La pobre aguanta lo que no está escrito”, bromea Sousa. “En Boston la dejé en la meta, en un lugar privilegiado, pero a las siete de la mañana. Yo tenía que coger el autobús para ir a la salida. Llegué a las tres de la tarde”.

Cuestas y repechos

Marisol ha podido distraerse esta vez con la compañía de los otros familiares mientras su sobrina pateaba los 42 kilómetros de asfalto. Un recorrido hermoso, pero exigente. “Boston y Nueva York son más difíciles, pero Tokio tiene sus cuestas y repechos”. A Sousa le suele diseñar la preparación la entrenadora madrileña Amaya Sanfabio. No había tendinitis ni fascitis que la lastrasen. Con todo, “hay que adaptar las cargas a la edad para no lesionarse. Y mi plan era más suave. A Tokio venía a terminar y nada más. No he hecho una gran marca”, juzga sobre lo que el crono ha señalado: 3:46:59. El jalón es el conjunto. 495 españoles habían corrido los seis “majors” antes de este domingo; de ellos, 58 españolas. Sousa se unirá a este selecto grupo cuando la clasificación se actualice.

La porriñesa, que corrió con el dorsal que identifica a los que asaltan su sexto “major” y su tradicional banderita gallega, agradece que el recorrido tokiota permita a los populares cruzarse en varias ocasiones con los atletas de élite: “Pude ver a Kipchoge. Nno iba bien. Luego me dijeron que quedó décimo. Él ya había ganado en Tokio. Le faltan Nueva York y Boston, que al ser el más tradicional no permite liebres. En 2023 quedó séptimo. Demostró que es humano”.

De humanidad va también su periplo planetario; de enriquecer lo propio conociendo lo ajeno. Hoy el clan se desplazaba de turismo a Kioto. “Mientras que Nueva York es caos y ruido, en Tokio todo es silencioso, ordenado, preciso, limpio... para bien y para mal. A veces son tan rígidos que cualquier cosa los saca de sus esquemas. Me encanta conocer otras culturas”.

Nada termina. Todo prosigue. La marca cosechada en Tokio le permitirá regresar por tercera vez a su amado maratón de Boston. Y también se ha embarcado en un nuevo ciclo, el de los SuperHalfs: cinco medio maratones, los principales de Europa, que se deben cubrir en un plazo máximo de sesenta meses. Sousa estuvo en 2023 en Valencia y Copenhague; irá a Praga en abril, a Cardiff en octubre y a Viena en 2025. La porriñesa explica su frenesí como aceptándolo: “Estoy enganchada”.

Roberto Lago, David Alonso y José Manuel Lago, en Tokio.

Roberto Lago, David Alonso y José Manuel Lago, en Tokio. / Cedida

Los “tres amigos” de Redondela, a solo uno

Tres vecinos de la comarca, en este caso de Redondela, están ya cerca de culminar la misma gesta que Ana Gómez Sousa. Roberto Lago, David Alonso y José Manuel Lago acabaron en Tokio su quinto “major”. Enamorados igual que la porriñesa del encanto del maratón de Boston, lo han reservado como el último de la serie. “Este logro es más que una victoria deportiva; es un testimonio de los valores que nos unen: el esfuerzo, la superación personal y la pasión por el deporte”, sostienen. Afrontarán esa última cita en Massachusetts “con la misma determinación y amistad que nos ha llevado hasta aquí”.

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