Entrevista | Javier Maté y Jorge Otero Entrenadores del Coruxo

“El secreto ha sido que los dos hemos entendido nuestro papel”

El tándem técnico del equipo vigués celebra la salvación con una jornada de antelación tras “picar piedra” para superar una dinámica negativa de 11 partidos sin ganar

Jorge Otero y Javier Maté, ayer, en el césped del campo de O Vao.

Jorge Otero y Javier Maté, ayer, en el césped del campo de O Vao. / MARTA G. BREA

Javier Maté y Jorge Otero celebran la salvación del Coruxo con una jornada de antelación tras superar un trauma de dos meses y 11 partidos sin ganar que llevó al despido de los hermanos Montes y obligó “picar piedra” para restaurar la autoestima de un grupo lastrado por las lesiones que no estaba mentalmente preparado para luchar por la salvación. Maté puso su larguísima experiencia y amplio conocimiento del club y la plantilla y Otero, que se incorporó al proyecto por amistad, bregó, junto al preparador físico Marcos Alonso, la tercera pata del equipo técnico, con el día a día. Cada uno desempeñó su papel, pero ambos hablaban el mismo idioma.

–El objetivo se ha cumplido con una jornada de antelación. ¿Sienten satisfacción? ¿Alivio?

–[Jorge Otero] Cuando hay un cambio es porque las cosas no salen según lo esperado. Llegas con la ilusión de revertir la situación y ahora, al final, pues claro que estamos satisfechos. Estamos contentos y orgullosos porque el equipo dio la cara, pero también nos queda la sensación de que nos faltó algo porque el equipo podía haber acabado mejor.

–¿En una dinámica de 11 partidos sin ganar qué es lo prioritario para reconducir la situación?

–[Javier Maté] Una cosa es la diagnosis y otra lo que pasa. Veníamos de una dinámica espantosa de dos meses sin ganar y eso crea desconfianza. Llegas al primer partido y pierdes con un gol en propia meta siendo mejor que el rival. Ese día supimos que no iba a ser fácil. Ese partido fue la clave porque intentamos transmitirles que no teníamos que ser brillantes, sino sobrios. Y esa es la dinámica que tratamos de transmitir en todos los aspectos, sobre todo a la hora de afrontar los partidos de casa. Estos partidos se deciden por medio a cero y vamos a intentar resolverlos por medio a cero.

–Pero de eso hay que convencer a los jugadores.

–[JO] Cuando entras en esa dinámica los jugadores desconfían de todo. Este equipo había jugado el play-off la temporada anterior casi con los mismos jugadores. Hay que intentar convencerlos de ganar por medio a cero, como dice Matu, para que cojan confianza. Intentamos llegar por ahí y el equipo lo fue entendiendo. Tratamos de deslindar lo que se hacía bien de lo que no y aun así resultó difícil porque la categoría es muy igualada.

–El problema en esta categoría es el poco margen entre los puestos de play off y los de descenso...

–[JM] Cuando entras en una dinámica tan negativa hay un deterioro de la autoestima, pero también hubo lesiones importantes. Hubo momentos en que solo teníamos 12 jugadores operativos y eso te condiciona. No es excusa porque el objetivo está cumplido a falta de 90 minutos. Si a lo físico y a lo mental añadimos seis lesiones, estás muy condicionado para crear un ambiente competitivo e incluso para conformar una alineación. Ese ha sido el principal problema. Con todos bien, seguramente no nos hubiesen llamado a nosotros. Afortunadamente, el ser un tándem que se ha pasado 40 años en vestuarios te da un conocimiento de lo que puede estar sintiendo a quien te diriges. A mí me hubiese gustado ser más exigente, pero siempre lo consensuamos y hemos tenido que ser comprensivos.

–Ustedes son colegas y amigos desde hace muchos años, pero era su primera colaboración en un banquillo. ¿Cómo se fraguó?

–[JM] Tengo que darle las gracias a Jorge porque él no quería ser colaborador de nadie. Como es lógico, él quiere ser entrenador. Pero cuando yo vi por dónde iban los tiros, conseguí convencerle de que me ayudara. Ha sido un acierto. Por encima de que en un momento determinado hayamos podido discrepar, lo hemos consensuado todo. También nos hemos rodeado de Marcos [Alonso], que ha colaborado con nosotros en la preparación física y tiene el grado de exigencia que los dos queríamos. El tema está en que yo le solicito a Jorge que me ayude y él lo acepta.

–[JO] Colaborar con Javier Maté ha sido un aprendizaje. Es de las personas que conozco que más sabe de fútbol y mejor lo ve. Coincidimos en muchos aspectos. En otros no y eso nos hace mejores. Cuando un amigo te llama para esto del fútbol no le puedes decir que no. Ha sido una experiencia fantástica por todo lo que he aprendido. La figura de Marcos, que es un profesional de pies a cabeza, ha sido esencial. Ha sido un orgullo y un privilegio trabajar con ellos. No podía ser de otra manera. Aunque podemos discrepar en algunas cosas, hablamos un idioma muy parecido.

–¿Cómo ha sido el reparto de tareas entre ustedes?

–[JM] Los dos dejamos esa sensación de cuál era la opinión que más valía. Lo hicimos convencidos los dos. Yo estaba jubilado, aparcado, y no me podía estar preocupando de dónde pongo el cono, de esto y de lo otro. Jorge se ha visto cinco partidos del rival cada semana, ha preparado el balón parado... Cosas que para mí ya eran muy difíciles. Yo tenía conocimiento de la plantilla, pero el secreto ha estado en que los tres, Jorge, Marcos y yo, hemos entendido nuestro papel y lo hemos consensuado todo. Pero los que se han preocupado desde el minuto 1 hasta el 91 han sido Marcos y Jorge. El reparto de tareas ni siquiera lo hablamos, surgió de forma natural. Para mí ha sido fácil no tener que irme a casa con más preocupaciones de las justas.

–Es evidente que la fórmula ha funcionado y en el último partido habrá que disfrutar de lo logrado, pero el fútbol sigue. ¿Se repetirá la fórmula la próxima temporada?

–[JO] Yo creo que con Matute no podemos contar...

–[JM] Jorge tiene que volar en solitario y hacerlo a su bola. Y los demás, si podemos echar una mano, la echaremos.

Jorge Otero y Javier Maté, ayer, en O vao.

Jorge Otero y Javier Maté, ayer, en O vao. / MARTA G. BREA

–¿Entonces Jorge liderará el proyecto de la próxima temporada?

–[JM] El año que viene es una incógnita para todos. Nosotros queremos acabar de la mejor forma posible y no nos podemos olvidar del partido del domingo porque siempre que hay un espectador hay una responsabilidad. A partir de ahí, que decida quien tenga que decidir, pero tengo claro que lo que tenía que hacer en el fútbol ya lo he hecho. Jorge está supercapacitado y tiene que abanderar un proyecto, sea aquí o en otro equipo

–[JO] Hay que acabar de la mejor manera posible. En el fútbol se vive el presente. Vamos a intentar acabar bien, y lo que depare el futuro, bienvenido sea.

–¿Cuál ha sido el mayor obstáculo que han tenido que sortear?

–[JM]] Las lesiones y también nos ha costado un poco explicar aquella frase tan famosa de no preguntes qué hace el equipo por ti sino lo que tú estás haciendo por el equipo. Es decir, que a lo global se llega por la aportación y responsabilidad individual. Hay que volver a transmitir que la responsabilidad individual es muy importante.

–¿Cuál debe ser el objetivo para el próximo curso?

–[JM] Por plantilla y presupuesto el Coruxo debería estar entre los cinco primeros. El problema es que cuando no llegas a ese objetivo te dejas ir un poco y en esta categoría hay poca diferencia entre los de arriba y los de abajo. El lobo existe y aparece cuando los objetivos no se cumplen. La ansiedad nos ha condicionado y hemos tenido que trampear. No hemos ganado ningún partido de forma brillante, todo ha sido a base de picar piedra. De un objetivo a otro hay poco margen y nos hemos visto involucrados en el peor de los casos.

–[JO] La cabeza del futbolista está preparada para unos objetivos y, si cambian a la baja, aparece la ansiedad. Eso minimiza tus virtudes.y cambia tu objetivo. Por eso la cabeza y el aspecto psicológico han sido fundamentales.

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