Baloncesto

El precio de los sueños del Celta Zorka Recalvi

El club iniciará en breve la confección de un proyecto que le permita una andadura prolongada en Liga Endesa | Deberá elevar su presupuesto en más de 200.000 euros para potenciar su plantilla

Un brindis por el ascenso en Casa Saíllo.

Un brindis por el ascenso en Casa Saíllo. / ALBA VILLAR

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Una lucha ha concluido y otra se inicia, sin apenas tiempo para la complacencia. Once temporadas ha tardado el Celta Zorka Recalvi en regresar a la máxima categoría del baloncesto femenino. Hoy lo festeja. Mañana se iniciarán las llamadas telefónicas y los arqueos contables. Construir un proyecto que aspire a la permanencia exigirá esfuerzo y pericia. El presidente celeste, Carlos Álvarez, que tanto lo había anhelado, descarta que haya que cuidarse de lo que se desea, incluso cuando se consigue. “No son problemas. Es trabajo”, especifica. Mucho trabajo, ciertamente.

Carlos Álvarez y su director deportivo, Carlos Colinas, fijan la idea sobre la que maniobrar. “Queremos hacer un equipo que funcione, para no descender y estar tranquilos”, determina Álvarez. Colinas quiere edificar una plantilla “no solo para llegar y salvar el año sino para que sea el inicio de una andadura”. Acota: “Lo primero son los ceros, que los números encajen y hacer un presupuesto acorde”. Los dos se reunirán a finales de semana. Dinero y deporte se retroalimentan e influyen. El análisis de la competición determinará las necesidades. La financiación determinará las posibilidades.

La Liga Endesa que aguarda al Celta “es muy diferente a la que dejamos”, sentencia Colinas. La categoría ha elevado su nivel en los últimos años. Zaragoza se ha unido a Valencia, Avenida y Girona en la inalcanzable aristocracia. Los tres equipos vascos, IDK, Gernika y Bizkaia, disfrutan de holgura presupuestaria, igual que el Barça. Jairis, bien alimentado, ha sufrido en el debut. Los otros seis se igualan más en su austeridad, aunque la clasificación acepta lo eficaz y lo impredecible. La Seu y Estudiantes han funcionado. Bembibre lleva tiempo permaneciendo pese a disponer del menor presupuesto. “Cada año es un milagro”, les elogia Colinas. Ensino redujo su gasto salarial e igual sobrevive. Ferrol y Gran Canaria serán los otros rivales. “Será una liga de exigencia muy alta”, especifica el ejecutivo céltico.

La competición atraviesa un proceso de transformación. Jugadoras y Federación Española llevan dos años negociando un nuevo convenio. Cuotas de inscripción y avales constituyen gastos previos. Si bien se ha descartado un modelo como el francés, que vincula la conservación de la plaza a una auditoría, se prioriza la viabilidad de los clubes.

El calendario influye en el enfoque de la plantilla, en cuanto a distribución de esfuerzos. La liga regular se comprime debido a los parones internacionales de las ventanas FIBA, en noviembre y febrero. Se parará seis días en Navidad, con jornadas el 22 y el 28 de diciembre. Colinas resume: “Obliga a un cambio de chip a muchos niveles”. Solo los viajes, en coste y kilometraje, no se disparan respecto a la Liga Challenge.

El cálculo económico definitivo queda pendiente de la revision exhaustiva de esos factores. Ya se puede anticipar, con todo, que la directiva debe incrementar notablemente sus ingresos. El presupuesto del Celta, excluyendo las categorías inferiores, ha rondado esta temporada los 450.000 euros. Requerirá más de 200.000 euros adicionales en el más ajustado de los escenarios. El incremento de las subvenciones, ligado al ascenso de categoría, debería cubrir parte. El Concello ha aportado 90.000 euros en el actual ejercicio; Xunta y Deporte Galego, alrededor de 50.000. En el club vigués esperan subir hasta 130.000 o 140.000 y 80.000. Son cuestiones a tratar. En cualquier caso, se han iniciado gestiones con los actuales patrocinadores, los fieles Zorka y Recalvi, y otros posibles para fortalecer la aportación privada.

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El Celta Zorka Recalvi ha tenido en estos once años en Liga 2 y Challenge plantillas justas, que han peleado por la permanencia, y otras más potentes, que acariciaron el ascenso hasta culminarlo. E igualmente ha variado el carácter, del despliegue ofensivo a la consistencia defensiva de la última etapa. “Le hemos dado mucha importancia al tema físico estos dos años en Challenge”, comenta Colinas. “Para competir en Liga Endesa tienes que meter músculo”. Colinas y Cantero concuerdan en su dictamen: “Por donde primero hay que armarse es el juego interior. Centímetros y kilos están muy caros. Es por donde hay que empezar a garantizar la supervivencia del proyecto”. Pero esa exuberancia energética también debe caracterizar a otras posiciones: “No solo hablamos de gente de 1,90 sino de ‘unos’, ‘doses’ y ‘treses’ que sean potentes”. “Es el puzle de cada año pero más complejo”, resume el director deportivo. “Estamos a 1 de mayo. Es un inconveniente. En Liga 1 hay plantillas ya cerradas desde principios de marzo o casi. El mercado es escaso”. También hay ventajas: “Tienes opción de dos extracomunitarias, que no había en Challenge. Ir a un tema de rookies, extranjeras o europeas, es un componente de riesgo alto. Pero económicamente igual es una opción a valorar".

Otro sostén, material y anímico, es el de los socios. El club, Bosco, quiere conservar la cesión de la marca por parte del Real Club Celta, su institución matriz hasta la disolución de la sección en los años ochenta –Gómez Carballo y Araújo lograron al menos la nominación celeste en 1996–. El convenio con la entidad futbolística incluye el acceso al pabellón de los abonados célticos. Pero Carlos Álvarez quiere igualmente que se dispare el número de socios propios, de los 400 actuales a 700 o 800. “Lo importante es que la gente se enganche, que no se pierda esta unión”, dice, con la imagen de la gloria de Navia todavía a flor de piel.

Las cifras se irán concretando a la vez que Colinas y la entrenadora, Cristina Cantero, cuya autonomía el presidente respeta de manera escrupulosa, inician la remodelación del equipo. Las jugadoras participarán hoy y mañana en recepciones en Concello y Xunta. Después quedarán licenciadas. No todas regresarán, sea por voluntad propia o decisión técnica. Han celebrado un ascenso que quizá no disfruten. El inevitable ciclo del deporte.

Momentos de felicidad en Casa Saíllo.

Momentos de felicidad en Casa Saíllo. / ALBA VILLAR

Ninguna jugadora tiene contrato para la temporada 23-24. A diferencia de otros años, tampoco con ninguna se han establecido contactos previos. En el Celta se descarta la tabla rasa. “Pero hay cosas que no se pueden afrontar tal y como las concebíamos. La exigencia deportiva para las jóvenes, por ejemplo, será mucho más alta. Somos conscientes de que no todo el mundo que ha tenido un gran rendimiento en Challenge, en un engranaje como el de este año, puede tener su sitio en Liga Endesa”, asume Colinas. Desde la perspectiva contraria, habrá célticas cotizadas en una segunda categoría con clubes ambiciosos como Joventut, Estepona o el recién llegado Unicaja. Colinas se marca el 20 de mayo como fecha en la que “haber dado forma a las cosas; no para cerrar el equipo, sino para fijar la columna vertebral, lo que queremos y podemos”.

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