Surrealista situación la vivida este miércoles en las pistas de atletismo de Balaídos. Una patrulla de la Policía Local acudía a las ocho menos cuarto de la tarde ante un incumplimiento de la normativa de uso y las faltas de respeto a uno de sus conserjes. ¿El motivo? La camiseta de uno de los atletas.

La instalación municipal estrenaba esta semana unos carteles que prohibían los entrenamientos sin este tipo de prenda en los hombres, una tónica habitual en los –escasos– días de calor en Vigo. Es por ello que Erik Fernández Feijóo decidió “rediseñar” su indumentaria para permitir la transpiración durante sus ejercicios de velocidad.

La equipación, con agujeros en el pecho, dorso y sobacos, no fue descubierta hasta después de calentar, momento en el que uno de los conserjes de la instalación se lanzó a por él para advertirle que estaba incumpliendo las normas de uso.

Quince minutos después llegaban los dos agentes para intentar mediar entre ambos tras la negativa del atleta a cambiarse de ropa.

Fue el entrenador del sprinter de 19 años, Alberto Salgado, quien asumió la interlocución con los agentes. “Es como si vas a una piscina sin un gorro o gafas” le justificaron aún reconociendo que la norma no tenía mucho sentido; una dinámica habitual durante la pandemia y por la cual se prohibió el uso de vestuarios, gimnasios y otros materiales.

Ante la comparación con el caso femenino, en el que sí que pueden portar prendas más ligeras, afirmaron que “ellas no les hacen daño a nadie pero vosotros tenéis que ponérosla”. El atleta del Súper Amara tuvo que finalizar su sesión con un top prestado por su compañera de grupo, la saltadora internacional Olaia Becerril.

Esta empresa asumió la gestión y el control de acceso a las pistas a comienzos de 2021 y aunque la relación con el grueso de usuarios es de “cordialidad” y no hay quejas, no es la primera vez que una patrulla de agentes debe personarse en el recinto de la calle Olímpicos por este motivo.

La primavera del año pasado otro velocista recibió la misma advertencia sin que tuviera mayores consecuencias.

Esta curiosa normativa implementada por la concesionaria también impide comer y beber dentro de la instalación; impidiendo que puedan recuperar el aliento entre serie y serie.

Durante estos días se esperan máximas cercanas a los 30 grados y el atleta ya ha recibido el apoyo de atletas, entrenadores y aficionados del atletismo local e incluso nacional.

Preguntado en rueda de prensa por los hechos, Abel Caballero aseguró que “no está el alcalde pendiente de las formas de los entrenamientos”; aunque avanzó que se informaría sobre la incidencia.

Desde el BNG han pedido el fin de estas normas “irracionales” que mantienen la práctica atlética en un “delirante régimen carcelario”.