Fernando Roig, tras un cuarto de siglo como presidente del Villarreal, y Unai Emery, en su primer año en el banquillo del equipo castellonense, han coronado al club como rey de Europa con el trofeo levantado en Gdansk (Polonia) tras ganar en una final agónica ante el Manchester United.

Con independencia del título en sí obtenido por un club de una ciudad de 51.000 habitantes, la disputa de la Supercopa de Europa ante el ganador de la final de la Liga de Campeones, que disputan el sábado los ingleses Chelsea y Manchester City, y la participación en la próxima edición de la primera competición continental agrandan el éxito del “submarino amarillo”.

El título es el principal broche de la trayectoria de Roig en un club, al que llegó cuando la entidad peleaba por mantenerse en Segunda División y por subsistir económicamente. Su idea era fraguar un proyecto a largo plazo, con el objetivo del ascenso a Primera, construir una ciudad deportiva y potenciar su cantera para que fuera vital en el futuro.

En este tiempo, el club ha crecido hasta ser un fijo en Primera División (veintiuna temporadas), con quince presencias en Europa, cinco semifinales entre Europa y la Copa del Rey y una final ganada ahora. Se trata de un equipo muy regular en todas las competiciones en las que participa.

Prueba de ello fue su capacidad para recuperarse en una sola temporada de los dos descensos sufridos a Segunda División sin que el club se resintiera.

El club castellonense ha sido capaz de crecer y de ganar en estas veintiún campañas 46 plazas en la clasificación histórica del fútbol español, en la que ocupa la decimoséptima plaza en el día de hoy. Además, los amarillos también han sido capaces de crecer en la clasificación UEFA , por primera vez en su historia, se encuentran entre los veinte primeros.