En medio de la depresión, emergió un niño de 17 años para encender la luz del Barça ruinoso que se quedó para siempre en Lisboa hace mes y medio. Hay algo de asombroso en todo lo que rodea a Ansu Fati. Y no es su tierna edad. Ni tampoco su formidable rendimiento: ha marcado siete goles en los nueve últimos partidos que ha disputado con el Barça y la selección española, en la que debutó con un descomunal impacto. Siete goles en nueve remates a portería.

Más allá de su aire angelical, acaba de firmar la pasada semana su primer contrato profesional, que expira en el 2022, con cláusula de 400 millones de euros, sorprende la personalidad que desprende, dibujando una autoridad futbolística asombrosa para un juvenil. Juega como un adulto y gobierna partidos sin sentirse intimidado siquiera por la figura de Messi. Y se instala con tal autoridad en la casa que dejó vacía Neymar hace tres años que parece llevar toda la vida en el ala izquierda del ataque.

Acaba Ansu de llegar, desprovisto de viejos miedos, huyendo del tradicional estado depresivo que inundaba al club desde el 2-8. Sin miedo, irreverente con un juego fresco, dinámico y lleno de energía. Una luz poderosa en medio de la oscuridad que sacudía al Camp Nou, al que Koeman debe guiar con exquisito tacto, tal si fuera Rijkaard en el 2004 cuando emergió un deslumbrante Messi, cohabitando entonces con Ronaldinho y Etoo.

media hora de ensueño

En apenas 35 minutos, dejó ante el Villarreal otra actuación portentosa. Marcó dos goles y provocó el penalti del 3-0. En una delantera donde estaban Messi, Coutinho y Griezmann, con los focos iluminando a Koeman en su debut en la Liga, llegó Ansu y comenzó a volar por el Camp Nou. Acabada su obra maestra, con el Villarreal preguntándose qué demonios le había pasado en poco más de media hora, recibió los elogios. "Tiene un gran futuro con 17 años", indicó Koeman.

los consejos de leo

"Messi siempre me ayuda y me da consejos", reconoció Ansu Fati. "Para mí era un sueño de niño jugar con él", confesó. No le falta razón. Cuando Messi debutó en el 2003 con Rijkaard en Oporto, Ansu Fati apenas tenía un año. Ahora, está intercambiando pases y jugadas con el ídolo que tenía en la televisión. "Me ayuda no solo en los partidos, sino también en los entrenamientos. Cuando un delantero marca, le entran ganas de más", admitió Ansu Fati, a quien Messi debe acunar de la misma manera en que a él le mimó Ronaldinho cuando llegó al Camp Nou.

"es tremendo lo que hace"

Va tan deprisa Ansu que quema etapas en el campo y salta escalas salariales en los despachos. "Debemos estar tranquilos con Ansu. No queramos correr mucho. Es tremendo todo lo que hace para su edad", afirmó Busquets. El problema es que Ansu no deja de correr, convertido en una de las sensaciones del fútbol mundial. Nadie como Ansu batió tanto récords goleadores de precocidad. A Valverde, criticado por tantas cosas, le corresponde para siempre la paternidad de la aparición descomunal de un niño que ha dinamitado todas las estructuras del Barça. De la oscuridad surgió una joya.