A Vicente del Bosque no le gustan los reconocimientos ni el protagonismo, pero no puede escapar de ser el seleccionador que guió a España a la mayor gloria.

- ¿Qué siente cuando echa la vista atrás?

- Fue un hecho histórico, que España en cien años no había conseguido nunca con muy buenas generaciones de futbolistas. Nosotros teníamos un equipo competitivo, un estilo de juego en el que estaban a gusto pero principalmente tuvimos mucha suerte.

- Era un grupo sin una estrella, pero tenía muchos líderes naturales.

- El liderazgo era de todos y espontáneo, a través del reconocimiento a su trayectoria. Éramos un grupo muy unido, inteligente y con oficio. Siempre he aplicado mucha normalidad, ni dártela de muy listo ni que vean limitaciones. Sobre todo que crean en ti, que lo que digas tenga sustancia.

- Y se ganó el reconocimiento de un grupo muy unido a Luis Aragonés.

- A ellos se lo dije,. Mi llegada no tenía que afectar a sus sentimientos. Me fui ganando su confianza con la mayor normalidad posible. No tocamos ninguna huella del pasado pero en contenidos de entrenamientos y relaciones personales aportamos porque cada uno es de una forma.

- Llegaba con un debate en la portería que alivió Valdés con su comportamiento.

- No nos podíamos fiar de lo que decían de Víctor y fue una respuesta positiva con su comportamiento. Si tenemos que focalizar en alguien esa unión es en los tres porteros.

- Fueron clave las paradas de Casillas

- Sin ninguna duda, era un portero de equipo grande que se manejaba bien en momentos de tensión.

- Los jugadores del Barcelona querían a Busquets solo, sin Xabi Alonso.

- No se sabe si jugando con uno habríamos ganado más cómodos, pero la realidad es que los dos nos ayudaron a ser mejores. Sergio y Xabi Alonso tenían gran sentido del equipo, nos daban el sostén que necesitábamos.

- ¿Se sintió el miedo al fracaso en algún momento?

- No es miedo al fracaso, sino a no cumplir con la responsabilidad que teníamos. En el autobús donde siempre hay conversaciones, camino del estadio todo era un silencio que imponía.

- ¿Se sentían ya invencibles cuando llegaron a la final frente a Holanda?

- Todos teníamos nuestras dudas, aunque estábamos en ese momento de inercia positiva. Holanda, con un estilo admirado en el mundo, nos intentó romper el juego con De Jong y Van Bommel para no tener mucha continuidad en la posesión. Tuvimos oficio y los tres jugadores que salieron en el segundo tiempo, Navas, Cesc y Torres, decidieron en la acción del gol aunque lo metiese Andrés.

- Llega el gol más importante de la historia y usted no lo celebra.

- Cada uno lo celebramos como somos, yo tenía una alegría como todo el mundo pero tenía que contenerme porque quedaban cuatro minutos y era necesario tener esa fortaleza emocional. No se había ganado aún. Luego en las celebraciones me lo pasé bien. Con tanta gente en cada pueblo, cómo no te vas a emocionar.

- ¿Se podrá repetir algún día este éxito?

- Es muy complicado, se tienen que dar muchos factores pero la selección española tiene los cimientos puestos para volver a lograrlo. Aquella generación fue única, jugadores magníficos unidos, con un comportamiento extraordinario. Era el momento, el partido de nuestras vidas y no lo dejamos escapar.