Andrés Iniesta (Fuentealbilla, Albacete, 1984), actualmente en el Vissel Kobe, repasa las claves del histórico triunfo durante una conversación telemática.

- ¿Qué supone este aniversario?

- Muchos recuerdos te vienen a la cabeza, de situaciones, vivencias... Y te emocionas porque fue algo único. Lo disfrutaremos desde Japón y con mucha emoción.

- ¿Qué recuerdos guarda de la final?

- La intensidad con la que se vivió el partido, las cosas que pasaron, cómo acabó... Sobre todo, la felicidad de conseguir algo que parecía inalcanzable. Fue una experiencia brutal todos los días que pasamos en Sudáfrica. La convivencia fue magnífica.

- ¿Ese ambiente fue una de las claves?

- Muy pocas veces, personalmente, he vivido grupos o vestuarios en los que no haya habido buen ambiente. Con mucha confianza, con mucha creencia en lo que se hace, todavía mejor. Y eso creo que fue lo que pasó en Sudáfrica. Son muchas circunstancias que se juntan y que hacen que estés más cerca de un objetivo como es ganar un Mundial, que es prácticamente imposible.

- ¿Qué consigna les da Vicente del Bosque antes de comenzar la prórroga?

- Lo que recuerdo es mucho ánimo entre nosotros y entre los compañeros del banquillo, de hacer ese último esfuerzo después de todo el Mundial y también de confianza en que nos sentíamos más fuertes que ellos y teníamos que aprovecharlo.

- Llega el minuto 115 y Cesc le pasa. ¿Sabe ya qué va a hacer?

- Sí, cuando el balón sale rechazado de ellos en el pase de Torres y veo que va a quedar en la frontal y que Cesc va a recibir, yo más o menos sé dónde está la portería y dónde estoy. Por mi posición, el disparo que quería hacer era lo más cruzado posible para Stekelenburg y fuerte. No salió todo lo escorado que quería, pero lo suficiente para acabar en gol.

- ¿Le sorprendió ser quien anotara?

- En cierto modo, no. Nosotros teníamos delanteros de muchísimo nivel. Si los centrocampistas podíamos ayudar en esa faceta, mucho mejor. Era un partido donde te podía más la fuerza y el empuje que te quedasen que otra cosa y yo, en el final del partido y la prórroga, me sentía muy fuerte. Por eso acabé llegando al área, haciendo el desmarque y en una posición de delantero.

- ¿Qué piensa cuando entra?

- Con palabras no se puede definir. Es un momento de locura, de alegría, de éxtasis brutal... Empiezas a chillar, a correr, llegan los compañeros, es una locura máxima la explosión de alegría en ese momento. Creo que estuvimos muy cerca de tocar el cielo.

- ¿Les dio tiempo a preocuparse por un posible empate en los minutos restantes?

- Sabía que quedaba muy poco y que como mucho habría una jugada o dos, algún balón colgado. Evidentemente estaba deseando que pitase el árbitro el final, pero tampoco tuve esa sensación de que nos fuesen a marcar.

- ¿Qué le faltó a La Roja para mantenerse a su gran nivel tras la Eurocopa de 2012?

- Coinciden muchas cosas. En esos torneos posteriores no estuvimos a la altura, sobre todo a nivel futbolístico. No encontramos el juego y los rivales te superan. No hay más secretos. Al final lo que más nos puede doler es que con la selección que teníamos no llegásemos a competir mejor.

- ¿Ve a la actual generación con potencial para repetir éxitos a ese nivel?

- Selección y staff tienen, son jugadores también muy experimentados. Ojalá que se den los condicionantes para ello.