El Coruxo se llevó un punto en su enfrentamiento ante el Real Madrid Castilla. Un punto que, en función de si se mira el vaso medio lleno o medio vacío, fue positivo para muchos y corto para otros, como a los dos entrenadores. El Real Madrid Castilla que ayer se vio en el campo de O Vao fue, posiblemente, el más rácano de las últimas temporadas. Con el gol de Javi Hernández, a los seis minutos de juego, el equipo de Raúl se dedicó a contemporizar, dejando que el Coruxo tuviera el esférico, buscando recuperar en tres cuartos para salir con velocidad y matar el partido.

El Coruxo tuvo el balón, los movió bien en el centro del campo, con criterio, pero se diluía cada vez que se acercaba a la frontal del área. En el Real Madrid Castilla los dos mediocentros acudían a la llamada de la zaga para defenderse, con lo que la mayor parte de las veces había una maraña de jugadores que invitaba a jugar por las bandas.

Las diferencias presupuestarias se ven en partidos como el de ayer, en donde la primera que tiene, y posiblemente la única de los merengues las transforma el gol al ejecutar de forma magistral una falta. A partir de ahí, poco más. No obstante, el Coruxo poco más. Una ocasión de Antón ajustada al segundo palo y otra de Youssef que se va excesivamente alto.

La polémica llegó a cuatro minutos para el descanso, cuando Mateo reclama una mano de un defensor merengue en el área, pero el colegiado del encuentro ordenó continuar con el juego.

Tras el paso por el vestuario llegaron los mejores minutos del equipo vigués. Antón estuvo a punto de sorprender a Belman en el saque de una falta, y pocos minutos después Añón se queda solo ante Belman, eligiendo la peor opción y el balón sale fuera.

Los vigueses comenzaron a perder fuerza. El esfuerzo era importante y el gol no llegaba, propiciando el despertar de los merengues, que comenzaron a estirarse buscando ese gol que matara el partido. Tanto Michel como Raúl movieron el banquillo, pero a quince minutos para la conclusión, el Coruxo se quedaba con uno menos por la expulsión de Borja Yebra. Pintaban bastos para los vigueses que, sin embargo, reaccionaron muy bien jugando a partir de ese momento los mejores minutos del partido.

El encuentro estaba roto, aunque eran los vigueses los que llevaban más peligro. Así, a nueve minutos para el final, Antón saca una nueva falta y entrando por el centro del área aparece Lucas para enviar el balón al fondo de las mallas. A partir de ese momento, locura total. El Real Madrid se va arriba buscando el gol de la igualada, y el Coruxo aprovecha los robos de balón para salir con velocidad a la contra para culminar la remontada. Los merengues se quedan con uno menos por la expulsión de Gila, pero casi no quedaba tiempo y el marcador no se volvió a mover.