Horas y horas de duros entrenamientos, viajes, concentraciones... Muchos sacrificios que, sin embargo, valen la pena para intentar conseguir sus dos grandes sueños. Kona y los Juegos Paralímpicos de Tokio como guía de Héctor Catalá. "Ahora, con las dos niñas, se hace más difícil estar fuera de casa, pero la vida que podemos llevar al dedicarnos a esto es así; si el triatlón no nos apasionase, sería más complicado. Si nos tuvieran que facturar la hora como un trabajo normal, esto no estaría bien pagado, porque son 24 horas del día con la cabeza puesta en esto, pero la verdad es que si no fuera mi trabajo sería mi afición, así que me siento afortunado por haber convertido mi pasión en mi trabajo", confiesa.

Mientras piensa en Sudáfrica, con el reto de sacarse el billete para Kona en el horizonte, también piensa en su clasificación parto Tokio. "Al llegar de Sudáfrica pasaré por casa tres o cuatro días y ya nos vamos a Sierra Nevada", anuncia. "De allí, a Milán, para la primera prueba de las Series Mundiales, donde probaremos el trabajo que hicimos en la concentración en invierno. Estamos teniendo una evolución muy buena", apunta.

Ahora mismo son terceros en el ránking mundial y "la cosa está bastante bien encaminada". Intentarán asegurar su plaza en septiembre. "Va a ser complicado, pero el reto es luchar por una medalla", dice con ambición.